sábado, 8 de mayo de 2010

Mirando hacia atrás sin ira


Es curioso cómo y cuánto hemos cambiado y cómo nos olvidamos del antes.

Miro hacia atrás y me veo admirando y encantándome aquella canción de Joan Báez que se titulaba "El preso número nueve".
Cantado por una mujer defensora de todas las causas nobles... Y, ¿del lado de quién estaba yo?. Yo estaba del lado de aquel preso que mató a su mujer, a su amigo, que no se arrepentía de haberlo hecho y que iba a buscarlos al más allá. Y mucho me temo que no era yo sola... ¿dónde está aquella Mariajesusparadela? ¿es una parte de esta que hoy soy? Sí, seguro (porque creo que ese amigo y esa mujer, en vez de engañar deberían de haber hablado con el marido). La misma parte que de aquella otra que cuando alguien estaba nervioso decía "recuerda que tranquilidad viene de tranca". ¿Imaginais qué marca podría dejar la tranca que ese cantero ingenioso alojaba en esa pared?.
(Me encantan esas huellas del ingenio del ser humano ¿cómo inventar un cierre barato que no ceda al empuje de un invasor no deseado?: ahí teneis una muestra, en ese dintel de la puerta donde hoy guardo la hierba seca de los caballos).
El humor gallego es especial. Nosotros le llamamos "retranca". Tendrá algo que ver con todo
esto?

miércoles, 5 de mayo de 2010

Comentarios

No os merezco.
Eso es lo que siento.
Pongo una parvada (tontería, en esta tierra) cualquiera y doy pié a un montón de maravillosas ocurrencias.
Desde Soco, que escribe un poema dedicado a la risa a cualquiera de los demás, que vais desgranando ideas peregrinas maravillosas, me llenais de alegría. Incluso de felicidad.
Gracias.

martes, 4 de mayo de 2010

Mayo y la Iglesia Católica







Siempre estoy hablando de lo muchísimo que trabajo y poco de los placeres que me proporciono.



Es verdad que me toca sembrar, pero también me toca recoger.¿Alguno de vosotros encuentra en el mercado zanahorias de ese tamaño?


¿Conoceis, por casualidad, su delicioso sabor?.


Pues ese es el pago a un entresacado para que puedan engordar: arrancar, pasar por agua y comer directamente.


Y lo que yo no como, lo agradecen Cuco y Chispa.


Y poco falta ya a esos guisantes. Y como veis, esta tierra es tan pródiga que incluso han arraigado
las varas de los mimbres que puse (después de aquella poda que os mostré), para ayudar a los guisantes a subir por ellos.
Ya me estoy relamiendo pensando en las ensaladillas que podré preparar dentro de unos días, con zanahorias, guisantes, patatas nuevas, aceitunas, bonito y huevo cocido.
Claro que lo del huevo cocido me preocupa, porque la iglesia me ha acabado con un sistema estupendo que tenía: agua hirviendo, echar los huevos, rezar un credo, apagar el fuego y en un plis-plas, un huevo cocido...con la yema sin cuajar y que se esparce dulcemente por la ensaladilla.
Y ayer, que hice una fabada especial en la que pretendía usar mi sistema, me puse a rezar el credo y cuando llegué a la última parte me di cuenta de que no sé mentir; porque, creo en el Espíritu Santo, el perdón de los pecados, la resurrección de los muertos y la vida perdurable. Puedo creer en todo eso, aunque parezca imposible. Pero no puedo creer en "la Santa Iglesia Católica".
¿Cómo voy a hacer ahora para cocinar rico, rico?




domingo, 2 de mayo de 2010

Paradigma

Dicen que el mundo no cambia. Dicen que vamos demasiado despacio.

Dicen. A veces vamos tan rápido que no nos da tiempo de asimilar.

Poneos a hacer memoria.

Bueno, ni siquiera es necesario tener demasiada memoria:

Id a mi post anterior y ved los comentarios. (Ramón, no solamente Valle, Julio Camba, Wenceslao Fernández Flórez, también Don Álvaro Cunqueiro ¿o te lo estás perdiendo?.
Los comentarios femeninos de una forma u otra reivindican dos cosas:

1ª.-Su derecho al humor marrón, tan masculino hasta hace poco.

2ª.-"Si reir es ser puta, soy puta y a mucha honra".



Hemos cambiado la definición de puta. También la de honra.

He ahí el ejemplo.

(A lo mejor no os parece un estudio científico, pero lo es: 100% de respuestas en ese sentido de un total de (+ ó -) 200 visitas, expuesto al mundo; quien calla otorga, dice otro refrán).