sábado, 22 de agosto de 2009

Más cosecha





A la izquierda, higos y tomates.

Hay para todos, incluso para los pájaros, que no se privan...

Desde ahora y hasta octubre, si no llueve, cada día una cantidad igual.

A la derecha, la ración de frutas diaria de mis caballos: un cubo por cabeza. Como veis, ellos y yo trabajamos en equipo: yo siembro y recojo, ellos abonan y comen...

jueves, 20 de agosto de 2009

Campo





































No tendría perdón de Dios si me quejara.
Mi botella de náufraga ha tenido tantas respuestas que me he sentido no solo arropada sino incluso abrigada...alcancé los 40 grados de temperatura cordial.
También, supongo, influyó que por aquí el termómetro se lanzó al espacio...
Pero, ahí lo teneis. Si vosotros habeis sido pródigos, mis árboles y mis plantas también han hablado...Incluso alguno rompió sus ramas por exceso de fruto.
De ellos y de vosotros solamente puedo decir, como la biblia:
"por sus frutos los conocereis".
Gracias.








miércoles, 19 de agosto de 2009

Presumidos


Sí, eso es lo que somos los seres humanos, presuntuosos hasta dar asco.
Incluso de sentimientos presumimos. Yo hice una entrada hablándoos de mi tristeza.
Una vez más, la naturaleza me puso en mi lugar.
Koro se puso enfermo. Él no lloró: se puso enfermo.
Según dijo el veterinario una bajada de las defensas "inexplicable" lo hizo vulnerable a un ataque de ácaros.
Le falta la amiga que, cuando llegó a esta casa, con una pata cubrió las suyas, según podeis ver en las fotos de "los han abandonado". Es cierto que yo lo traje en el regazo desde la perrera hasta esta casa. Pero él, al llegar, se pegó a ella...
Hace mucho tiempo que no tengo perros con pedigree.
Pero tengo muy claro que si hay aristocracia de sentimientos en esta casa, esa es de ellos.

lunes, 17 de agosto de 2009

Con dedicatoria

Hace tiempo (para saber cuánto podeis entrar en un enlace que tengo a la derecha, debajo de etiquetas, llamado "me han abandonado"), llegó la Chata a mi casa. Dos días antes de la canción a mi tractorcito (yo voy con mis pesares), la abandonó para pasar a ser parte de la tierra que alimenta a uno de mis kiwis.
Y, mientras ella me abandonaba, yo pasé a ser un charquito salado.
Hay momentos en los que uno busca el consuelo en lo que tiene cerca y yo tenía cerca a Koro y Perdi, pero era tanto el duelo, que lo único que vino a mi cabeza fué aquella descripción de Juan Benet en "Volverás a Región" "levanta la mano del castigo no tanto para conceder un momento de alivio a la víctima como para hacerle comprender la inminencia de un nuevo azote" y tuve que separarme de ellos pensando que también me han de faltar.
Tengo experiencia en ausencias, pero no es suficiente: hay cosas a las que uno nunca logra acostumbrarse.
Ya han pasado varios días.
Y yo, como decía Miguel Hernández, ya "voy de mi corazón a mis asuntos".