viernes, 16 de abril de 2010

Primavera florida, futuro fruto





































Abril florido: cerezos, manzanos, un peral, fresas salvajes y la brevera me dicen que, aunque ahora solamente pueda comer naranjas propias, pronto el frutero está bien surtido: fresas y cerezas en mayo; primeras brevas en junio; manzanas y melocotones a partir de julio...
Y frambuesas y grosellas también en junio; uvas e higos en septiembre.
A partir de mayo se inaugura "el paraíso del glotón". Bendito sea.
Los deberes: identificar cada flor y árbol nombrado.
Prometo sobresalientes. Por cada sobresaliente, envío de frutero repleto.(Tipo cesta de navidad, pero en caja)








jueves, 15 de abril de 2010

Animales


Sé que soy repetitiva y monotemática.
Perdonadme. Pero es que cada uno habla mejor siempre de aquello que más conoce y más ama.
Y yo me paso el día tratando de interpretar deseos e inteligencia animal.
Sé perfectamente como sienten a nivel físico, sé que notan los azotes y las caricias. Pero desconozco que razonamiento sigue a su percepción: sus sentidos son los mismos que los míos, pero ellos perciben cosas diferentes (como las tormentas) y tienen algunos mucho más desarrollados que los míos y otros menos. Su equilibrio es mucho mejor (cuando vamos por pasos estrechos suelto las riendas) y su esquema corporal es increíble: son capaces de mover un milímetro de su piel, independientemente del resto (algunos de nosotros presumimos de ser capaces de levantar una sola ceja o de separar dedos de dos en dos , tres y dos, uno y cuatro...). Perdemos, creo, en la comparación.
Pero entonces me planteo que les gano en inteligencia.
Hasta que un día me sorprenden con reacciones impensadas.
Sabeis que el Chispa es pinto. Blanco y castaño. No hay ningún otro de ese color por aquí. Los hay blancos, marrones, grises, canela. Pero, como él, ninguno.
Un día fuimos en grupo (Abel, mi sobrino y yo éramos dos de la partida) a dar una vuelta hacia un espacio que se llama Monte Chelos, por una ruta que va por detrás de Paradela.
Al llegar a la desembocadura de la carretera hay una especie de granja que tiene todo tipo de animales. Y, allí estaban: dos potros como el Chispa. Todos los demás caballos pasaron a su lado como si nada; los potros también como si nada. El Chispa dió un respingo, se acercó a la valla y no había manera de sacarlo de allí: nunca se había visto a si mismo
Los potros eran dos, se veían el uno al otro; los otros caballos ven al Chispa con frecuencia. Él nunca había visto un caballo pinto.
Nunca sabré si su pasmo fue deseo de aprender y conocer o miedo a la diferencia.

martes, 13 de abril de 2010

El amor y la poesía



Quizá la naturaleza me está matando. Porque ya no me gusta hablar de sentimientos: me gusta demostrar y que me demuestren.
Yo no me considero "su ama", porque nadie es dueño de nada. Somos compartidores de espacio y tiempo. Y nos queremos. Ellos me lo demuestran acudiendo al galope (el Cuco) y al trote (el Chispa) , a mi voz. Y me emocionan como una poesía.
Y ,a veces, me pregunto si ellos interpretarán los cuidados que les doy y se sentirán tan queridos y tan bien como a mi me hacen sentir.