sábado, 27 de noviembre de 2010

Frío

Ayer "oí" la primera helada seria del año.



Me levanté a las siete de la mañana y, como siempre, mi primer trabajo es abrirle la puerta de las cuadras a los caballos.

Entre la casa y las cuadras hay cien metros, más o menos.



El cielo era un placer de estrellas.

Si el aire fuese un espejo, en él prodría escribir mi nombre, con el vaho de mi respiración.

Bajo mis pies, las botas sonaban : kras, kras, kras...

( A eso le llaman romper el hielo, por eso llegué a clases tan contenta)