miércoles, 7 de septiembre de 2011

Mentiras

No hay peores mentiras que las verdades a medias.
Y durante muchísimos años nos han dicho dos mentiras a medias, sobre el campo:
-la primera es que el que vive en el rural es un badoco, un paleto, un ignorante y un bruto.
-La segunda es que el campo es un lugar bucólico, paradisíaco, delicioso.
Y, gracias a esas dos mentiras la gente ha emigrado a la ciudad y ha abandonado el pueblo que ha quedado para los que han ido a construir su chalet....
Conclusión: la mayoría de los pueblos han quedado abandonados y sus tierras son absolutamente improductivas.
Y ahora, aquellos que cantaba Víctor Manuel (tu raída chaqueta tiene grandes bolsillos donde escondes las manos de reciente albañil), no volverán a la aldea porque hay dos cosas que se lo impiden, los dos erróneas y mendaces: lo que unos llaman "amor propio" (si se amaran de verdad volverían) y otros llaman "respeto humano" (un ser humano que se respete hará lo que le apetezca, aunque los demás hagan juícios erróneos sobre él).
Hay gente pasando necesidad en la ciudad y hay una terrible necesidad de hacer productivo el campo. Hoy hay medios para producir cultivado sin que sea una explotación abusiva del hombre o de la tierra.
Las personas de mi edad nos hemos criado comiendo deliciosas croquetas (que nacieron para aprovechar restos de comida limpia), "ropa vieja" (los restos del cocido), tostadas y torrijas (para aprovechar el pan duro), orejas (para aprovechar la masa que sobraba de las empanadillas o la empanada), empanadillas (carne picada, jamón picado, que no daban para un bistec decente o una magra), filetes rusos (más de lo mismo). Y a mi no me da vergüenza ninguna.
Hoy, en la aldea hay tanta cultura como en la ciudad, porque, aparte de internet, todo el mundo tiene un coche que lo lleva a la ciudad en nada. Puede ir al teatro, al cine, a los museos, conciertos o aquello que le apetezca.
Y creo que, si somos sensatos, seremos mucho más fuertes que la crisis. Os lo digo por propia experiencia.