viernes, 3 de agosto de 2012

Vamos a hablar de lengua

Hace ya tiempo que tenía ganas de preparar una lengua de ternera estofada. Porque cada vez que iba al congelador , ella me miraba con cara de "si yo te contara...". Ayer le pregunté a mi hermana si le apetecía, me dijo que sí y me puse a ello.
En primer lugar se cuece la lengua con sal, una cebolla entera y unas zanahorias (hay quien le pone también ajo y pimienta negra). Cuarenta minutos. Una vez cocida, se retira, se reserva el caldo y se le quita la piel.
Se corta en filetes finos (mi madre la hacía entera)
Aceite de oliva en una tartera, cebolla (la gente la pica, yo no porque al final la retiro), dos o tres zanahorias recién cogidas (ellas quedan muy cogidas, pero no me importa). Diez minutos.
Se le añade tomate (suele echarse en salsa, pero yo los echo troceado, recién jodidos en el huerto).
Añado dos cucharadas de harina y un buen chorro de vino blanco y ligo el conjunto (aunque me gustaría ligar de otra manera).
Dos cucharones del caldo donde la cocimos y la lengua. (Hay quien añade orégano y laurel, pero yo creo que ambos enmascaran el sabor propio de la lengua, mientras que lo que yo le echo da sabor y potencia el  de la carne. O eso creo)
Tiene que quedar cubierta. No controlo el tiempo sino lo tierna que va quedando.
La acompaño con puré de patata (patata cocida, tres yemas de huevo y un chorro de leche).
Hacía tiempo que no veía comer tanto a mi hermana.
Beber, como siempre.
Y tomate , remolacha y judías verdes
Sí, sí, sobraban las judías, del resto, no quedó nada.