Sería demasiado hablar de filosofía e historia, relacionándolas con las tonterías que yo cuento...
He vuelto a Macondo. Me he encontrado de nuevo con Aureliano y con Úrsula, con Amaranta, con José Arcadio, con Melquíades...He vuelto a encontrar a Ulises y a Penélope; el imposible regreso a Ítaca, el eterno tejer y destejer. Yo, como todos ellos, tejiendo mi mortaja de historias,(¿qué más da si son peces, mortajas, telas o memorias de otro tiempo, de otros niños, de otras personas que hoy ya no son aquellas, ya no somos aquellas?). Inocente Homero, queriendo hacernos creer que los perros no cambian y siempre recuerdan la esencia de su dueño: también a ellos los años los pulen, los arrugan, los curten, los endurecen, los enternecen. Los años y las historias; las buenas y las malas historias.
Y, de repente, me di cuenta de todos mis años : Cada cosa que leo me recuerda otras cosas que he leído o que he sentido antes; que he visto o que he vivido antes...Ejemplo tonto: Ayer, en mi recorrido por los blogs que me gustan, entré en el de Pedro. Y Pedro, en un alarde de ingenio, había hecho una entrada en la que mezcló la creatividad de una historia simpática, con una estupenda receta de cocina ( que probaré cualquier día). En los comentarios, unos aplauden la historia y otros la receta (aunque todos coincidirían seguramente en aplaudir ambas cosas). Yo me quedé con el título: hace ya muchos años, en la última página de la revista "La Codorniz", había dos secciones que me encantaban .Una era "El damero maldito" (que solo fuí capaz de completar una o dos veces, así de maldito era) y otra "Tiemble después de haber reído". Ambas dormían en la memoria de mi juventud y ayer las despertó Pedro. Y sentí hacia él la ternura que se siente hacia alguien que ha leído en el mismo tiempo que tu (aunque con distinta edad, que soy mayor que él), aquellos "encajes de bolillos" que tenían que hacer los humoristas para reirse de Franco...
"Parte metereológico. Reina en toda España un fresco general, procedente del Noroeste".