Tengo que confesar abiertamente que, pasados el lunes y el martes, en los que tengo un horario agotador, la semana, para mi es COMER Y DORMIR (iba a poner coser y cantar, pero lo de coser no se me da excesivamente bien y lo de cantar, solo me gusta haciendo la segunda voz, por lo que tengo que recurrir a la radio, al dvd, al cd o a la tv). Y, ya es miércoles. Hala, a tumbarse a la bartola.
Gracias, Elvira Lindo, por tu lindo artículo de hoy en El País. Que cunda el ejemplo.
Parece que, al fin alguien entiende nuestra lucha cotidiana, nuestra esperanza y nuestra desesperación.
(Ojo, el tomate que he puesto en mi perfil es por si alguien cree que debe tirármelo después de leer la entrada: facilidades para que nadie tenga que traerlo de casa).