miércoles, 21 de octubre de 2009

Cosas que vuelven, cosas que no



Hay cosas que no volverán a nuestras vidas. Por ejemplo la belleza juvenil de mi madre y su enigmática sonrisa que me recuerda otra mucho mas famosa.











Otras se perderán entre la bruma, sobretodo en las formas, mientras en su fondo estarán en nuestro corazón para siempre y como ejemplo, uno de aquellos recordatorios, estampa en una cara y en la otra solicitud de asistencia a ritos católicos del momento.







Algunas se repiten de modo cíclico e inevitablemente, con minúsculas variaciones: ahí veis septiembre, octubre, noviembre y diciembre del año
1970. Las lunas son diferentes, pero el día de la semana y del mes son los mismos que los de este 2009.
Pero, ay, esa última foto es mi tragedia: ahí están el "Día de Galiza de 1931", como reza en la foto, reunidos algunos galeguistas del momento (el número 10 es mi padre, por eso tengo la foto, y justo encima Rodríguez Castelao). Se reunían para hablar de los problemas de la tierra. Entre ellos, el idioma.
Por obra y gracia del señor Faba (Feijoo, feijao, judía ,haba), hemos vuelto a 1931. Bueno, a antes, porque los que posan en esta tienen cara de felicidad y los que posaban el domingo la tenían de rabia y frustración.
Y, digo yo, señor Faba, ya que me devuelve la lucha de mi padre como si no hubieran pasado tantos años ¿podría devolverme a esa madre de la foto? La de ahora tiene 96 años y, a veces, le duelen los huesos.