Por un lado está la dificultad de intentar que los poemas no se repitan.
Por otro lado la facilidad que da saber que cualquier poema que se elija, será hermoso.
Arrimaré el ascua a mi sardina. Vosotros sois poetas y sabios, yo, pobre de mi, solamente carbonera:
Poned sobre los campos
un carbonero, un sabio y un poeta.
Vereis como el poeta admira y calla
el sabio mira y piensa...
Seguramente, el carbonero busca
las moras o las setas.
Llevadlos al teatro
y solo el carbonero no bosteza.
Quien prefiere lo vivo a lo pintado
es el hombre que piensa, canta o sueña.
El carbonero tiene
llena de fantasías la cabeza.