Hay un dicho por aquí que es "los incendios se apagan en el invierno" es decir, durante el invierno hay que limpiar, desbrozar, hacer cortafuegos, retirar leña y maderos desprendidos, limpiar los caminos y, en fin, retirar la maleza . De no hacerlo así, el verano, con sus calores, transformará la maleza en una tea ardiente.
De la misma forma, el verano (julio y agosto) son la despensa del invierno: en la última semana de julio y esta primera de agosto (con luna llena y menguante) quedó metida la mayor parte de la hierba para los caballos y recolectamos las patatas con las que me alimentaré a lo largo del año. También se recogen manzanas, peras, ciruelas, melocotones, las primeras uvas, los primeros higos (ya las brevas los precedieron), pimientos, tomates, hierbas aromáticas y medicinales, judías...
Mis mañanas son movidas y gratificantes. Las tardes para la piscina, el blog, leer y, por momentos, sestear.
Han cambiado las costumbres de la Iglesia: antes solo había misa por la mañana; pero la naturaleza y yo seguimos respetando el refrán "O zorro e o crego, se perden a mañá perde o día enteiro" (el zorro y el clérigo si pierden la mañana pierden el día entero).