Dentro de una semana será el aniversario del fallecimiento de mi madre.
Hemos decidido comprar la casa que nos vió crecer.
Ella (mi hermana segunda) ha mantenido vivos, año tras año sus vínculos con La Cañiza. Y allí veranea. Ahora lo hará en nuestra casa de siempre.
Los demás hermanos solamente íbamos a ver a mi madre, que también pasaba allí los veranos.
Todos mis hermanos tienen hijos.
Yo solamente los tengo a ellos. Y, por mi, ellos siguen teniendo su casa de la infancia.
Desde ella os saludo. Y os recuerdo que la infancia es la patria del hombre.
Felices fiestas.