El cambio de hora me ha dado una alegría, porque he encontrado, desprevenidos, a mis erizos, aunque cuando volví para hacer la foto, la hembra ya se había ido. Al fin sé que están vivos y celebrando la primavera.
Los caballos empiezan a cambiar el pelo y me avisan para que yo suelte también las camisetas y me empape de vitamina C...depilados y manicuras al solcito...ummmm.
Y las sábanas térmicas a la lavadora y a descansar en el armario, hasta el próximo invierno.
Ya es primavera en Paradela-Paradise...y no hay que comprar, como en el corte...