Yo recuerdo a los primeros deportistas de los que oí hablar: Lily Álvarez, tenista; Blume, gimnasta;
Bahamontes, ciclista; Urtain, boxeador; Manolo Santana y Orantes tenistas; Angel Nieto, motorista; los hermanos Fernández Ochoa, esquiadores; los hermanos Sánchez Vicario, tenistas; Indurain, ciclista y un largo etcétera. Perfectas individalidades de un país individualista donde cada uno luchaba hasta la muerte por alcanzar SU triunfo. Incluso cuando se hablaba de deportes de equipo se hablaba del gol de Zarra, o del "porterazo"Ramallets, o de Gento, Puskas o Diestéfano, no de sus equipos.
Así pasó mi infancia y mi juventud, oyendo hablar de esos fenómenos...
Pero ya en mi madurez empecé a oir hablar de la selección española de Water polo; de la de Balonmano; de la de Baloncesto y, el año pasado de la de fútbol.
Y eso quiere decir que la juventud española HA APRENDIDO A JUGAR EN EQUIPO.
Ya no somos una pandilla de individualistas, ya somos, al fin, grupos que se marcan objetivos y los consiguen en conjunto. Personas que interaccionan, que intercambian ideas y que saben luchar juntos para conseguirlas.
Que la juventud es un valor en alza me lo dijeron hace ya muchos años los chicos de toda España que se vinieron a limpiar lo que el PP de entonces no fue capaz de impedir y gestionó tan deficientemente: el vertido del Prestige.
Que la juventud es un valor en alza me lo dicen todos los días mis alumnos.
Pero ahora, para toda España (no solamente para los gallegos, con el prestige; ni para mi, con su esfuerzo cotidiano) los jóvenes están demostrando que saben jugar en equipo; que van a limpiar lo que nosotros no hemos sabido; que se van a alzar con la voz y la razón.
Yo, una vez más, confío en ellos y les aplaudo.
Ojalá los mayores sepamos mañana reflexionar y el domingo no quedarnos en silencio, manifestar nuestra voluntad y nuestro deseo, con nuestro voto.