En el lenguaje no verbal, enseñar las manos es señal de sinceridad. Ahí teneis esa mano sinceramente llena de callos, que incluso parece sucia, pero no lo está. Yo bien sé que la gente que miente nunca cree que otros seamos capaces de decir siempre la verdad.
Pero esa mano no está curtida de pasar las hojas de los libros, lo está de recolectar frutos, de cavar la tierra, de sujetar la azada. Y ojalá todas las personas mayores sacrificáramos nuestras manos, para evitar el trabajo infantil. (Y ese aro dice, "hay que hacer el amor y no la guerra")
Y los árboles me aman, también ellos tienen dura la corteza, pero son tiernos
y me llenan la mano de frutos
Comer es un placer, un placer merecido: hoy huevos, guisantes, lechuga, patatas, embutidos, queso
y pulpo a la feria...
Y, al acabar hay que ir al cerezo a recibir esa bendición... ¿gustais?