La idea que yo tengo de caballo salvaje (extensa llanura poblada de cimarrones, apalochas y mostrencos corriendo al galope al más mínimo aviso) hace imposible ese cartel. Yo, al menos no me atrevería a abrir la puerta e imagino la imposibilidad de cerrarla...
Pero los "salvajes" son éstos : potrillos que no han sido domados para llevar silla
y se tumban o pastan , al sol que más calienta.
Y ese es mi homenaje a Nicanor Parra. A veces, todos pensamos que eso es cierto.