Gracias a todos por vuestros comentarios en el anterior post.
Muchas veces soy bastante oscura en lo que escribo y creo que habeis interpretado que mi ausencia fue física.
No me moví de Paradela (nunca me muevo de aquí), pero me ausenté de internet porque tuve una visita que me mantuvo absolutamente absorta.
Por si no lo habeis notado, no soy una persona común.
(Hace unos días vino una amiga de mi hermana la pequeña que conoce a mis otras hermanas y era la primera vez que me veía. Al marchar le dijo "Que sorpresa me llevé con tu hermana" "¿por qué?", dijo la pequeña. "Porque creí que era normal, como las otras").
Hace muchos años, hice un programa de radio, en "La voz del Miño"; colaboré en "El Faro de Vigo" (periódico gallego) en su separata "Faro de Orense" con la publicación de una sección llamada "Gromos"( en castellano "brotes"). Hice, a petición de una asociación de radioaficionados llamada "ARA" un programa llamado "Diana a las once en el canal once"; tuve un programa de televisión en Benposta (ciudad de los muchachos), televisión local...
En todo me divertí muchísimo, lo hice decentemente y lo dejé cuando me cansé y di por terminada una etapa.
Seguro que hay cosas que se me olvidan, porque realmente ninguna tuvo excesiva importancia
(de lo del periódico me había olvidado hasta que el otro día encontré tres de esos artículos que mi madre guardaba entre sus cosas).
Conozco a mucha gente. Mucha me conoce a mi.
Tengo amigos en el infierno, otros en la literatura, en la política, en la arquitectura y en la indigencia.
Tengo compañeros de toda la vida y otros de anteayer.
Un trabajo envidiable en un magnífico ambiente.
Y, de repente me vine a Paradela e inventé otro mundo, en el que vivo.
Nunca buscaré amigos en internet: yo necesito mirar a los ojos, analizar el lenguaje corporal, comprobar con quién estoy hablando.
Me encanta estar sola y cualquier interferencia en mi espacio me causa desazón.
Y sin embargo, después de pedir mil permisos, de consultarme seis o siete veces, aparecieron dos personas en Paradela.
De un blog.
Me conocían mejor que yo misma.
Me vi desnuda y sonriente. Hablamos como si nos conociéramos desde la infancia.
Esa fué mi ausencia.