Es una de las pocas cosas por las que aplaudo a rabiar a la ministra.
Tiempo de calabazas. Esa verde, tan bonita se la dedico a un ¿señor? de Interconomía que dice que el pelo de una ministra no le gusta (ni a mi la cara que él tiene, ni su boca torcida, ni su nariz), porque con esa calabaza se hace "cabello de ángel".