Se me está acumulando el trabajo y es más del que puedo asumir:
En el huerto, los tomates necesitan una poda y soportes; las judías, apoyos; las patatas una cava; los guisantes, ser recolectados.
En los prados, la hierba varios cortes y ser traída para comer en fresco.
En las cuadras de los caballos hace falta una limpieza.
En la casa habitual, también.
Los cerezos rebosan de sabor y ni tiempo tengo de disfrutarlos.
En la casa de La Cañiza, sigue la obra y hemos decidido hacer también el trabajo de escayola y pintura, cuando el pladur tenga su segunda mano de empaste. Porque el que no se arriesga no pasa la mar y , si alguien es capaz de hacerlo, nosotros también: con inteligencia y voluntad seremos capaces de todo. Y tengo la suerte de que Abel es muy como yo y siempre se decide a lo que propongo. E internet es una fuente de sabiduría: ¿recordais aquella puerta del estanque no no abría?; consejo de google "golpe seco" y ya está abierta...
A veces creo que mi cuerpo no da para tanto. Pero , al final, sé que sí.
Supongo que hoy se suma el final de curso y lo duro que resulta evaluar.
Pero mañana vienen a comer Pilar y mi hermana. Y con buena mesa (comida y bebida) se disipan todas las dudas.