Quería hoy hablar de mi propia infancia y no de las vuestras, pero José Enrique, con sus comentarios me obliga a volver sobre una historia que en ningún caso fue malentendido, sino otra cosa. La verdad es que siempre me gustó contaros cosas inventadas que nadie más os contaba y yo, francamente me lo pasaba bomba, aunque a veces pagara las consecuencias de mis trolas " a posteriori". No sé si fué en una de aquellas excursiones que hacíamos a la playa cantando "Ya estamos llegando a Pénjamo" o "María de la O" o "polo rivés da camisa encontreiche un piollo"...o si fué cualquier otro día sin seiscientos (Veinte niños dentro de un seiscientoooos, léase con la música de aquella serie de la Isla del Tesoro y el cofre del muerto) el caso es que os dije: "Supongo que vosotros ya sabeis que los calvos no son calvos porque se les caiga el pelo. Son calvos porque en vez de nacerle hacia fuera, les nace hacia dentro. Si os fijais bien, a todos los calvos les sale muchísimo pelo por la nariz y por las orejas".
Debíais de ser muy pequeños. Tres o cuatro años después, Segundo daba vueltas alrededor de Manolo de Padrosos. Muchas vueltas. Hasta que dijo "Era cierto" "¿Qué era cierto?" dije yo , de infeliz y , él :"que le salía por la nariz y por las orejas".
Manolo no preguntó nada y yo, quedé callada.
Y, ¿sabes qué te digo, José Enrique ? ¿Qué lástima que hayais perdido la inocencia!