Este fin de semana, me ha rodeado el progreso...En el año 91, yo compré mi casa de Paradela, porque mi perra bóxer ( en aquel momento La Seño, mi querida Señito) había tenido 8 cachorros. Yo me quedé con dos y tres perros en un piso no son fáciles de tener... Gracias a eso, descubrí un mundo del que no tenía ningún tipo de referencias y, he de decirlo, encontré la felicidad. No la felicidad que imaginas cuando eres adolescente y en la primera juventud; la felicidad de saborear las pequeñas cosas y aprender muchos secretos de la vida que no aparecen en los libros. La felicidad de no tener que viajar para ver mundo. La felicidad del silencio, de asumir la soledad como buena; de levantar los ojos en la noche y ver, como vi ayer, un magnífico cielo estrellado, con luna llena y dos aviones cruzando de oeste a este y de sur a norte. Y, también vi una luciérnaga. Y no quiero perder nada de eso... Ah, pero voy a perder el silencio: porque el viernes nos convocaron a una reunión para informarnos de que las autovías Lugo-Ourense y Ponferrada-Ourense, van a rodear la aldea por los lados Este,Sur y Oeste. El punto más cercano quedará a doscientos metros, con los siguientes ruido y contaminación.
Aparte de eso, me enteré de algo más que, ciertamente, no me hizo feliz: mi vecino más cercano está cerrando una finca que tiene en otra aldea y se quedó sin tela metálica, faltándole solamente dos metros. Como sabe que yo hice un cierre en el estanque hace dos años, me preguntó si me había sobrado alguna (así fue). Allá nos fuimos, a buscarla y, de paso, le enseñé el estado del maíz , nos sentamos bajo una piedra maravillosa y echamos unas parrafadas. Me preguntó si el maíz era del de siempre y le dije que sí. Debí de poner cara de interrogación, porque me aclaró :"¿usted no sabe?, Toñito echó de ese manipulado?" Yo sin saberlo y, a diez metros de mi casa hay sembrado maíz transgénico...
¡Cuánto progreso! Y que feliz me sentía yo sin él. Quién le compre pollos a Toñito comerá animalitos alimentados con grano manipulado geneticamente, aunque él dirá que son pollos caseros...Y lo son. cada vez se hace más necesario exigir la trazabilidad de los alimentos, pero yo hubiese jurado que eso estaba tan lejos de la aldea en la que vivo.
Lo más triste del caso, es que, viendo la planta, es el maiz más bonito del pueblo y casi puedo apostar que el año que viene, por la comodidad que supone no tener que cuidarlo y la garantía de una buena cosecha, muchos se van a sumar a su iniciativa...
El progreso va a quitarme dos cosas que amo: El silencio y los alimentos ecológicos...