miércoles, 31 de marzo de 2010

Lecturas

Hoy os propongo un juego. Un maravillosos juego que sé quién puede ganar...pero no lo hará porque anda por la calle, aprovechando la Semana Santa murciana (murciana y gallega y gitana y de otras gentes de mal vivir que diría aquel rey, al que agradezco el hermanamiento).
Bueno, al grano (a falta ya, en mi edad ,de acné juvenil):
Estoy aprovechando las vacaciones, entre otras cosas, para leer.
Dos libros: uno muy fácil porque solo hay que verle "los santos" (así decíamos en la infancia); es todo de fotos y me lo regaló uno de mis sobrinos, el domingo, en la comida en casa de mi hermana pequeña, para celebrar su cumpleaños y que será la clave de mi entrada 300...TRESCIENTAS entradas. Estoy deseando llegar, porque será un bombazo (para mi). Me encanta rodear de parafernalia las rutinas, porque si no, la vida es un aburrimiento.
Decía, el primero, de fotografías de la ciudad de Ourense, precioso, regalo de un sobrino, del más pequeño de todos mis sobrinos.
El segundo, regalo de una señora que está un poco loca. Maravillosamente loca.
No sé si agradecérselo a ella, a Javier Marías, (que es el traductor) o a Laurence Sterne( que es el autor).
Un libro tan especial que, lo abras por donde lo abras, puedes leer sin necesidad de lo anterior y lo siguiente. Un libro de un genio con un humor tan especial que solamente lo puede traducir un genio.
Evidentemente, lo anterior y lo siguiente enriquece cada lectura, pero no es indispensable.
De una tan magnífica irreverencia que resulta increíble que haya sido escrito un hombre nacido en 1713 y vicario...
El libro se llama "Tristam Shandy".
¿Quién adivina o sabe, el origen de la narices grandes o pequeñas, según el libro?.
Estoy llegando a la entrada número trescientos, pero, mientras, intentad adivinar.