domingo, 14 de noviembre de 2010

Feo







Al volver de abrirle la puerta a los caballos y a los pollos, me pareció ver algo no habitual en la escalerilla de la piscina.
Me acerqué pensando en una rana y esperando que, al verme, se lanzara al agua con el arte que solo ellas tienen.
Pero no lo era: era ese sapo feísimo que veis en las fotos.
Para ciudadanos urbanitas aclaro que el sapo no es el macho de la rana: es un animal terrestre que seguramente sabe nadar, pero que no es anfibio, por lo que su futuro en la escalera, era la muerte.
Nunca me dirá nada, pero sé que me agradecerá , para siempre, el haberle salvado la vida: los sapos son una ayuda indispensable en los huertos, porque su alimentación son todos los animales que se comen los cultivos.
Y , quede claro que no lo salvé por eso. Lo salvé porque es de un feo tan grande que produce ternura.