Antes de 1954, mi padre se sentaba en una silla de mimbre, con brazos y respaldo. Los tabiques de aquellos tiempos estaban hechos de barrotillo y cal. El tenía la costumbre de echarse hacia atrás, con lo que la pared se fué deteriorando allí donde el respaldo rozaba. Para evitar el mal efecto, mi padre le pidió a Sergio Biempica, el carpintero de la fábrica, que pusiera una madera de 10 ó 12 cmts. en la pared, todo a la largo. En esa madera, mi hermana la mayor escribió el primer graffiti de mi recorrido vital y, de alguna forma, marcó mi vida. Decía:Me gustan las ideas peregrinas que caminan por mi mente sin dejar huella.
Y, me gustan. Lo malo es cuando las ideas dejan de peregrinar, se asientan y se convierten en, por ejemplo, negocios ruinosos. Y, un negocio ruinoso fué la compra de una finca a la que yo llamo "el estanque", porque tiene un estanque lleno de carpas rojas. Empecé a ir de paseo a llevarle pan a las carpas y acabé comprando la finca, porque me daban pena...Durante varios años, entraban los cazadores y, un día encontré a un frustrado por falta de caza, disparándole a las carpas, para ver los efectos de los perdigones en el agua; otro día encontré una papelera con la que habían pescado a la mitad de aquellas infelices que, acostumbradas a que yo las alimentara, creían que los seres humanos eran "seres amigos". Entonces decidí cerrar la finca y solicité y conseguí que la Xunta de Galicia considerara el recinto "REFUXIO DE FAUNA", con lo cual los cazadores no pueden entrar. Pero entonces descubrí a ls depredadores naturales: una garza real entraba todos los días a comer, merendar y cenar...Llené el estanque de cordeles rojos, de lado a lado y, por un tiempo, sirvió, pero no mucho. Entonces metí bidones, para que los peces puedan esconderse, dejé de alimentarlas y de meter las manos en el agua (ellas acudían y me besaban los dedos) y dejé que la naturaleza hiciera su trabajo: ha crecido una capa herbácea que las esconde y no he vuelto a ver a la garza ni sus plumas.
Como ya la finca estaba cerrada, me dió vergüenza pensar que hay miseria en tantos sitios y yo tenía la tierra improductiva. Decidí sembrar maiz. Negocio redondo:100 euros el fresador;100 euros el arador; 36 euros la semilla;150 euros por desherbar...Aún falta la recogida. El gasto de maiz que yo hago al año, para cuidar a seis pollos (de agosto a noviembre) es de 50 euros (4 sacos de 40 kilos a 12,50)¿ a que fué un negocio redondo?
Pues, ese no es nada en comparación con la instalación de placas solares. Bueno, yo ya sabía que no era un negocio, porque nunca iba a gastar tanto en calefacción como para amortizar el coste de las placas, pero creo que es obligación de todos ahorrar energía, contaminar menos, buscar un consumo sostenible, etc. Pero, al menos, ahorrar algo...Que si quieres arroz, Catalina. Di con una empresa que estaba empezando y soy su "conejillo de indias". Cada año (independientemente de que el gasóleo es más caro) echo más cantidad. Poned placas solares, pero no con una empresa que, en un año, cambió dos veces de plantilla...( cuando hasta los empleados se van, imaginad los clientes).