viernes, 16 de enero de 2009

Manifiestos

Antes de que acabe la semana y sabiendo que me esperan un montón de trabajos campesinos, quiero unirme a dos manifiestos que encontré por la red y que me parece importante dar a conocer.

El primero de ellos lo encontré en "camino incierto", el blog de Tere, que encontrareis entre las personas que me siguen y a las que sigo, a quién se lo mandó Muxica, a quien supongo seguireis muchos en su blog. Es para reivindicar el derecho a escribir respetando y siendo respetado, esencialmente. Lo leeis completo en el blog de Tere.

El segundo lo encontré por medio de Dilaila, a quien Rita cita para el día treinta, para unirse al manifiesto solidario. Creo que es importante formar parte de cosas que pueden hacer del nuestro un mundo mejor, aunque haya necios, insolidarios, egoistas, intolerantes... y aunque cada uno de nosotros, en un momento, podamos comportarnos como ellos.
Si un manifiesto sirve para demostrar que no estamos conformes con nuestros errores, hagámoslo, por favor.

martes, 13 de enero de 2009

HE VUELTO

Bueno, la verdad es que nunca me fuí. Solamente estuve demasiado ocupada para poder escribiros y leeros, como me gusta.
Feliz año nuevo.
Para mi lo está siendo, aunque es demasiado pronto para valorar...no importa, al menos, empezó muy bien: el domingo,4, día de mi santo, Nacho y Sonia pasaron el día conmigo y me lo alegraron.
Me trajeron un libro de Almudena Grandes que me está encantando, aunque tengo poquísimo tiempo para dedicarle.
El lunes,5, madrugué para llevar al horno de Gustey unas empanadas para comer al día siguiente y mandarle a mi hermana mayor. De repente empecé a oir jaleo ( en una aldea siempre silenciosa, si aparecen dos personas, ya se oye jaleo) y no pude resistirme a comprobar su origen:¡Dios mío, Dios mío! ¡Sorpresa! Los Reyes estaban depositando su regalo: Paradela de Coles fué obsequiada por su ayuntamiento con las obras de reconstrucción del horno comunal. Algo tan solicitado, deseado, prometido y, al fin, allí estaban, una cuadrilla de más de diez personas, con dos monitores. Pocos días antes, Susana, que es concejala, muy sonriente me dijo: "Ya sabes que nos concedieron el "Obradoiro de emprego" (Taller de empleo) y que la primera obra es vuestro horno comunal".
Yo me quedé con la copla, pero, como las cosas de palacio van despacio, no quise hacerme demasiadas ilusiones sobre la rapidez de la obra. Y, mi sorpresa fué mayúscula y, por supuesto, gratísima.
He de reconocer publicamente ( es de bien nacidos ser agradecidos) que la actual corporación municipal nos trata maravillosamente y nos va concediendo todo lo que está en su mano.

Bien, sigo con mi tiempo: ese día trabajé muchísimo, porque quería mandarle también a mi hermana mayor nabizas, nabicol y otras lindezas de la huerta que la vuelven loca y, normalmente no tengo por quien enviar.Y, tocó ayuda de la vecina para el sacrificio del que estaba en la higuera y su compañero de paseo...Solo eran dos, pero hay que desplumar, limpiar, colgar y, posteriormente trocear, aunque solo troceé uno, que se fué también a Vigo, porque el otro lo asé entero. (No es que eso me diese mucho trabajo, es que eso y las empanadas, hay que añadirlo a los trabajos de todos los días).
El día de Reyes, vino una sobrina de Vigo ( aquella de la historia mágica) y comimos todos en casa de mi hermana pequeña (ocho en total). Comimos opíparamente, bebimos como cosacos, nos reímos como enanos y los reyes habían dejado regalos para todos...
El siete tocó mentalización, repaso de temas, recuperación de la memoria. Invención de nuevos trabajos...Y repaso de casa.
El jueves, clase. Dormí fatal, pensando que no sería capaz de levantarme a las siete menos cuarto, después de estar levantándome a las ocho todos los días. Pero, sí. Fuí puntual, como siempre.
El viernes, por la mañana, clase . Me encontré a la niña saharaui y la llevé a ver el blog y los comentarios; le dí las gracias por tan bonita intervención y, muy tímida, me dijo "gracias a usted". El viernes por la noche, vinieron Nacho y Sonia de fin de semana. Creí que nevaría, pero solo lo hizo por la mañana y casi no cuajó, por lo que, cuando llegaron, ya no quedaba rastro.
Sábado y domingo, cocinando, charlando, compartiendo y riendo. Fué estupendo.
Os ahorro la historia de la limpieza de las cuadras, del corte de las acacias, del desgranado de maíz, de las carretadas de leña...
Os lo juro, quise, pero, hasta hoy, no tuve tiempo.