La luna sigue en un buen momento, ayer hizo un sol magnífico y hoy hubo alguna nube pero fueron dos días perfectos para trabajar el campo.
Por fin acabé de podar los mimbres. Hacía ya muchos años que no los podaba yo: primero me lospidió una vecina, para la ata de las cepas y, evidentemente, le dije que sí: Dos años más tarde me los pidió el vecino que más pendiente está de mi (aunque hay varios pendientes) y, por supuesto, empezó a podarlos él.
Cuando yo compré esta casa, los mimbres ya eran grandecitos. Son tres, con vocación de hermanos. ¿Sabeis que, con un poco de ayuda, se enlazan unos en otros? Y, cuando llegué, estaban enlazados. Luego, las ramas de enlace se secaron y el vecino que podaba no se preocupó de unirlos... este año , los uní yo. El primer día hice un churro, los enlacé fatal, hasta parece que tienen esquinas. Pero, hoy...hoy le encontré el punto: abrazados quedaron los tres. Y así engordarán juntos y me asombrarán en las siestas del verano...
Y, he tenido otra alegría: como siempre que paso la fresita o trabajo la tierra, vino a acompañarme y cantarme, el petirrojo