viernes, 27 de febrero de 2009

Paradela







Pues sí. Llegué a Paradela, con mis cachorros y mi Señito.



Me compré una casa de aldea, para reconstruir, a muy buen precio y con un terrenito pequeño alrededor. En principio, solo pretendía un espacio propio pero, de repente, empecé a verle posibilidades a una vida "pastoril" y "bucólica" (las referencias que yo tenía del campo eran más literarias que reales). Empecé segando la hierba con una hoz y un palito, según vi hacer a otros...tardé una semana en hacer un cuadradito en el que cabía yo tendida al sol...,pero me sentí como Hércules después de coronar uno de aquellos terribles trabajos.



También empecé a ver que la casa se podría convertir en un hogar, con unos cambios (acabe cambiando tejado, pisos, techos, estructura...)Porque la casa eran tres espacios, independientes entre si, a los que se accedía por puertas y escaleras exteriores: para ir de una habitación a otra, había que salir de la casa, bajando escaleras y subir otras. Para ir al huerto también había que salir y acceder desde fuera. En fin, una casa nada práctica.



Empecé por llamar a un cantero para que me abriese puertas interiores entre los tres espacios y una escalera interior que los uniese por dentro. Y seguí por abrir una puerta al huerto.



Luego mandé hacer un baño y poner una chimenea francesa.



Cuando eso estaba hecho. Me trasladé a Paradela.



Y hoy quiero enseñaros algo que me preocupa y algo que me fascina:



Me preocupa mi ciruelo florecido, porque aún faltan dos meses de heladas que mustiarán esas flores tan hermosas como tiernas...



Me fascina la terquedad en el cumplimiento de los mandatos que tienen las plantas: Todos hemos estudiado que nacen, crecen, se reproducen y mueren. Y así es: las nabizas, para reproducirse producen un grelo que luego se convierte en flor y la flor se transforma en ena vaina llena de semillas. Si tu cortas el grelo (son riquísimos y el lacón con grelos es plato típico en estas fechas), al día siguiente la planta produjo otros dos o tres más. Y lo hace así siempre, si tu sigues cortando, en un loco empeño por reproducirse. Si los dejas crecer, se convierten en flor, se alargan y no nace nada más, para que las semillas tengan fuerza. ¿no es un milagro?

miércoles, 25 de febrero de 2009

MARTA

Parece ser que el presidente del gobierno va a recibir al padre de Marta, porque éste quiere pedirle una reforma del Código Penal. Me parece bien que el presidente le reciba, pero no me parece correcto el enfoque de la cuestión.
Sí, Marta somos todos. Todos nos sentimos heridos por la muerte de Marta. Por cualquier muerte injusta e innecesaria.
Pero creo que la solución al problema no está en el endurecimiento de las penas. Si la dureza de las penas disuadiera a los que matan, el niño de diez años que va a ser juzgado como un adulto( y eso sí es dureza), no hubiera matado a su madrastra en Pensilvania. Si la dureza de las penas fuera disuasoria, en los estados de EEUU donde existe la pena de muerte, no habría gente que matase. Y la hay.
Las masas me dan mucho miedo, porque los que forman parte de ellas dejan de comportarse como seres individuales para dejarse llevar. Las masas propician el linchamiento y que, como en la revolución francesa, se haga calceta mientras se asiste al triste espectáculo de la guillotina. La masa nos embrutece y nos impide pensar como seres humanos.
La culpa de la muerte de Marta la tenemos todos:
Las familias, que no conocemos a los amig@s de nuestros hij@s, ni a la familia de esos amig@s, para saber en que ambiente han sido educad@s.
Las familias, que no conocemos a nuestros hij@s y en un caso de apuro no pueden pedirnos consejo, ni nos presentan a las personas con las que salen.
Las familias, que cuando nos llaman de los centros de enseñanza para comentarnos que nuestros hij@s tienen comportamientos irregulares, irrespetuosos, agresivos, poco asertivos o irresponsables, lo primero que pensamos es que a nuestro hij@ le tienen manía.
Las familias, que necesitamos el tiempo para ganar dinero y comprarle a nuestr@s hij@s todos los caprichos que nosotros no hemos podido tener. Pero no tenemos tiempo para sentarnos a hablar, para comer juntos, con la tele apagada y charlar como un núcleo acogedor y seguro.

Los profesores, que nos empeñamos en enseñar nuestras asignaturas en vez de enseñar a ser personas.
Los profesores, que aprobamos a todo el mundo, porque si no pasarán de curso "por imperativo legal"; y así, el valor del esfuerzo nunca se ve recompensado.
Los profesores, porque ya no avisamos a los padres, porque"unos no hacen caso y otros están a la defensiva".

Los vecinos, porque vemos como hacen "gamberradas" y solamente criticamos en vez de avisar a los padres,
Los vecinos, porque, a veces sería suficiente con llamar a un chico por su nombre y decirle" por favor, no hagas eso".

Los amigos, que ahora vociferan, pero no advirtieron el peligro.
No ayudaron al uno ni a la otra.

Los medios de comunicación, llenos de programas violentos.
Los medios de comunicación que entrevistan a los delincuentes y les dan categoría de líderes.
Los medios de comunicación, que viven del morbo y rebuscan lo peor de cada uno de nosotros.

Y, aunque todo esto funcionara bien, siempre habría algún delincuente. Y, para él, para todos los que se equivocan y atentan contra la sociedad en su conjunto, haría falta un sistema penitenciario en el que los reclusos tuvieran que trabajar o estudiar, según sus capacidades y deseos, como hacemos todos. Ocho horas de trabajo para pagar su cama, su comida y su salario.
El sistema penitenciario tendría que reinsertar, haciendo dentro una sociedad igual a la de fuera, con derechos y deberes, aún con privación de libertad.
Del sistema penitenciario, todos tendrían que salir con un oficio o con una carrera que les permitiera, al salir, no volver a delinquir.
Y los presos podrían trabajar para la sociedad contra la que atentaron, haciendo hospitales, vías de comunicación, residencias para ancianos, centros de día , universidades, colegios, aeropuertos y, en fin, todas las obras del estado, de una forma segura y digna.
Y, los centros de menores, en los que hoy se aprende a delinquir, deberían ser hogares con programas hechos por los más geniales especialistas.
Todos somos culpables de la muerte de Marta. Pero creo que el camino para evitar otras muertes, no es endurecer las penas.
Creo que el camino es educar. Y, a un niño lo educa TODA LA TRIBU.
Y, si alguien se tuerce, una y otra vez, reeducar.

lunes, 23 de febrero de 2009

Política

Aburrida. Así es como me tienen los políticos.
Indignada. También así, me tienen.
Me pregunto si ellos se creen una raza diferente y a nosotros (el pueblo) nos toman por idiotas y quieren hacernos comulgar con ruedas de molino...
En principio, me resulta bastante incomprensible el sentido actual de los mítines políticos, donde unos señores de cualquier partido van a decirles a sus seguidores lo que estos quieren oir, para que éstos aplaudan. Reuniones multitudinarias que acaban repercutiendo en el bolsillo de los que no vamos a ningún mitin. Es como si yo, entre mi familia les pregunto si soy simpática y, los míos, que me quieren, piensan que necesito oir un si y me lo dan para hacerme feliz.
Este fin de semana oí una parte de un discurso de Rajoy en Euskadi que, seguramente pensando que los gallegos no le íbamos a oir, dijo que cuando íbamos a Portugal teníamos la sensación maravillosa de ir al extranjero. (La misma sensación que tendrán los extremeños de la frontera, o los onubenses, que lo tienen al lado). Ganas de hablar pòr hablar. Pero dentro de un discurso de ofensas e insultos al PSOE y al BNG. Y yo me pregunto qué le importará eso a los vascos...
Pero luego oigo al señor Blanco (don Pepiño) llamando delincuentes a los seguidores del señor Rajoy, en un pueblo de Galicia. Y me pregunto qué nos importará eso a los gallegos...
A gallegos y vascos lo que nos interesa es conocer sus programas, sus propuestas de beneficio para nuestras comunidades, sus soluciones a la crisis, sus ideas para alcanzar mayor productividad, sus genialidades para solucionar los problemas de las hipotecas y los créditos que los bancos no dan.
Y nos gustaría que ni siquiera tuvieran que dar mítines llenos de falsedades, divagaciones, opiniones maniqueas y demagógicas utilizaciones.
El alcalde de Coles no da mítines, desde que llegó al poder hace dos años, el Paradela: arregló la fuente, puso una marquesina para que los niños esperen el autobús escolar, arregló las escaleras de la aira de arriba, regaló la placa y asistió a la inauguración (con envío de los efectivos de protección civil,para regulación del evento) de la calle de Elena Arnaiz y del Rueiro. Actualmente, están arreglando el horno comunal. Política lingüística, dependiente del PSOE, nos concedió la ayuda para el rueiro y la página web de la aldea.
El teniente de alcalde, del BNG, asistió igualmente a todas las inauguraciones, intentó resolver el problema que dejó la constructora del alcantarillado, consiguió la dotación y apertura del aula de informática, inició el "banco de tierras". Medio rural, dependiente del Bloque, nos concedió la UXFOR (ordenamiento del monte, repoblación, pistas, limpieza, etc.) con una inversión, en primera fase de 65.000 euros y una segunda de mayor inversión.
En dos años, el gobierno de coalición de Coles hizo más por Paradela que los gobiernos anteriores en toda su vida.
Cada uno que vote a quien quiera, pero que alguien me diga para qué necesitamos mítines en Paradela.
Y, ¿saben, señores políticos insultadores? ustedes se ponen verdes unos a otros. Pero, los que solamente somos pueblo sabemos que hay algo para lo que siempre se ponen de acuerdo:
para adjudicarse el sueldo.