jueves, 12 de agosto de 2010

Casi nublado

























Ayer tuve un día descorazonador. Nada esencialmente malo me pasó, pero se dieron un cúmulo de pequeñeces que me descentraron bastante.
Hoy el día amaneció casi nublado y eso me puso eufórica.
Hace unas semanas, en un hueco que tengo en el huerto en el que hay un desagüe de emergencia para la piscina ( en el que el año pasado encontré un erizo), vi que había nacido un árbol de brevas. El año pasado mi hermana me había pedido uno para una amiga y ,aunque lo intenté, no había conseguido ninguno, por lo que quedé encantada del hallazgo.
La semana pasada, con menguante, lo arranqué de su lugar y lo metí en un tiesto. Se pusó muy triste y pensé que moriría, porque este tiempo no es propicio, pero no podía dejarlo arraigar más en el lugar en el que estaba. Hoy, buscando fruta, me encontré con que la naturaleza había hecho un acodo en la brevera y que ya tendría forma de hacérselo llegar a la amiga de mi hermana. Y, como el día es especialmente bueno, me encontré con que el arbolito del tiesto se decidió por la vida y tiene hojas nuevas...







Ahí está, redivivo.
¿Y las naranjas? Ahí veis, todavía llenas de zumo, para el desayuno de mañana de Cuco y Chispa.
El sábado me quemé un dedo. Ya casi no tengo nada, porque lo curé con clara de huevo.Pero el dolor fue terrible.
Ayer, al levantarme, la avioneta apaga incendios sobrevolaba mi casa una y otra vez: había un incendio en Castro de Beiro y otro en Palmés. La atmósfera estaba cargada de humo.
Me apena que mueran los árboles, que estemos convirtiendo el edén en un desierto, porque si los árboles desaparecen, dejará de llover. Pero más, mucho más me apesadumbraba pensar el los miles de seres vivos sin escape que sufrirían mil veces más dolor que yo en el dedo. Solo me consolaba pensar que antes de quemarse los asfixiará el humo.
Por eso hoy, el día amaneció casi nublado y mi corazón se puso contento.




miércoles, 11 de agosto de 2010

Menguante de agosto








Ayer fue el mejor día para podar los cerezos.
Según dicen los libros, la mejor época para podarlos es agosto. Ayer fue el último día de luna menguante.
El próximo menguante será en el mes de septiembre. El motivo de la poda en esta época y no en la época de invierno, antes del despertar de la savia, parece ser que es la delicadeza del cerezo que, en invierno " se acatarra" (tantas dosis de vacunas de la gripe A que va a haber que tirar...).
También hice uno de los viajecitos de recogida de hierba y la metí en la pajera (aquí palleira, que la palabra henar ni se conoce en el campo). Y, ya que tenía las tijeras en la mano corté esos racimos afectados de "black rot".
Siempre, ya veis, en el campo : cigarras y hormigas; verano e invierno; siembra y recolección; salud y enfermedad. Cara y cruz.
Y que todas las cruces sean esas.


lunes, 9 de agosto de 2010

Los ciclos de la naturaleza

Hay un dicho por aquí que es "los incendios se apagan en el invierno" es decir, durante el invierno hay que limpiar, desbrozar, hacer cortafuegos, retirar leña y maderos desprendidos, limpiar los caminos y, en fin, retirar la maleza . De no hacerlo así, el verano, con sus calores, transformará la maleza en una tea ardiente.

De la misma forma, el verano (julio y agosto) son la despensa del invierno: en la última semana de julio y esta primera de agosto (con luna llena y menguante) quedó metida la mayor parte de la hierba para los caballos y recolectamos las patatas con las que me alimentaré a lo largo del año. También se recogen manzanas, peras, ciruelas, melocotones, las primeras uvas, los primeros higos (ya las brevas los precedieron), pimientos, tomates, hierbas aromáticas y medicinales, judías...
Mis mañanas son movidas y gratificantes. Las tardes para la piscina, el blog, leer y, por momentos, sestear.
Han cambiado las costumbres de la Iglesia: antes solo había misa por la mañana; pero la naturaleza y yo seguimos respetando el refrán "O zorro e o crego, se perden a mañá perde o día enteiro" (el zorro y el clérigo si pierden la mañana pierden el día entero).