Mi hermana mayor me manda un correo en el que me recomienda entrar en http://cocinaparaimpostores.blogspot.com/ lo hago y, francamente, nunca había encontrado recetas más simpática ni mas baratas. Todavía estoy riéndome con la de "pulpo á feira", típico de mi tierra, en la que demuestra, no solamente sus dotes culinarias sino el conocimiento de nuestras fiestas típicas y dónde se realizan.
Mentira parece que un país con cerebros semejantes tenga siempre tan malos gobernantes. Y luego dirán que tenemos lo que nos merecemos, olvidando el "que buen vasallo si hobiera buen señor" que decían del Cid.
He estado releyendo y comprobando que lo que había nacido como la "crónica de una aldea olvidada" , se ha transformado en "Memorias de una mujer vulgar" ( y que me perdonen los dos grandes a los que parafraseo, que él y ella merecen toda mi admiración), pero creo que me estoy divirtiendo y aunque no sale solamente Paradela, ni es lo que más sale, al menos alguna gente ha oído hablar por primera vez de ella. Y, además, he decidido que a la aldea le haré, para ella sola, una página "güé", cueste lo que cueste.
Le pondré varias secciones: La aldea; sus calles; vecinos; entorno; parroquia; ayuntamiento; construcciones; agricultura; ganadería ; leyendas; monte comunal; historia.
Si alguno de los comentaristas habituales tiene alguna idea, por favor, comentádmela.
Hace varios meses, la Consellería de Política Lingüística de la Xunta de Galicia, le concedió a la Asociación de Vecinos del pueblo, tras mi solicitud, una ayuda de 1.771 euros, para la recuperación de los nombres originales de los caminos y los espacios. Dicha subvención tiene que ser justificada antes del finales de octubre, pero todavía nadie comenzó a hacer nada. Y lo malo no es solamente que perdamos la ayuda, lo peor es que si, después de concedida, no la utilizamos, posteriormente no podremos pedir nada, en castigo justo a nuestra desidia. Pues, si no hay quién lo haga, lo haré yo, que para eso fuí quien solicitó esa ayuda, en recuerdo a Elena Arnaiz, impulsora de la idea de rotular las calles.
Y luego, trataré de hacer el resto.
Ayer fué un día de recorrido por los blogs. Muchos se hicieron eco del terrible accidente. Todos, consternados. Dos, especialmente me llamaron la atención. Los dos contra la prensa.
Uno de ellos, criticando la parcialidad de los periódicos y otro criticando la morbosidad de los periodistas. Estoy de acuerdo con ambos. Cuando suceden cosas tan graves pienso, sinceramente que el deber de los periodistas es averiguar las causas e informar de manera imparcial. El dolor hay que respetarlo y manifestarlo, pero sin hacer entrevistas a personas que lo único que desean es que los dejen en paz.
Pero, supongo, no todos pensamos igual.
viernes, 22 de agosto de 2008
jueves, 21 de agosto de 2008
Porque aún no estaba Aído
Aún no era ministra la señora Aído y aún no sabíamos que había que decir pobro y pobra, en vez de pobre; infelizo e infeliza en vez de infeliz ; inocento e inocenta en vez de inocente. Si lo hubiéramos sabido, como ahora lo sabemos, este malentendido no se hubiera producido nunca. Claro que ,desgraciadamente para nosotros, nos hubiéramos perdido los denuestos maravillosamente escritos de don Arturo Pérez Reverte en "El Semanal", contra tanta estulticia y estulticio...
Pido perdón al Bicho, porque voy a contar una histora de familia, que a nadie interesa, porque mi familia no es famosa. Pido perdón al interesado, porque hoy, que es un hombre serio, ésto le parecerá una tontería.
Pero, después de las disculpa y, simplemente porque me divierte, ahí va.
Después del nacimiento del primo Genito y el segundo Genito, nació Sabela. Evidentemente, después de dos hombres, todo el mundo quedó encantado con la niña y todo, de alguna forma, giraba a su alrededor. (Independientemente de que era preciosa, claro). Segundo estaba interesadísimo ante aquello, no solo porque había roto la rutina, sino porque él, al contrario que Primo, nunca había vivido una experiencia similar.
Llegó la hora del baño; allí estaba Segundo, sin perder detalle. Y, de repente, habituado a las protuberancias propias y de su hermano, alucinando dijo "no tiene pinchiño"...
La abuela dijo "pobre..." y él dijo: "Sí, pobre".
Pido perdón al Bicho, porque voy a contar una histora de familia, que a nadie interesa, porque mi familia no es famosa. Pido perdón al interesado, porque hoy, que es un hombre serio, ésto le parecerá una tontería.
Pero, después de las disculpa y, simplemente porque me divierte, ahí va.
Después del nacimiento del primo Genito y el segundo Genito, nació Sabela. Evidentemente, después de dos hombres, todo el mundo quedó encantado con la niña y todo, de alguna forma, giraba a su alrededor. (Independientemente de que era preciosa, claro). Segundo estaba interesadísimo ante aquello, no solo porque había roto la rutina, sino porque él, al contrario que Primo, nunca había vivido una experiencia similar.
Llegó la hora del baño; allí estaba Segundo, sin perder detalle. Y, de repente, habituado a las protuberancias propias y de su hermano, alucinando dijo "no tiene pinchiño"...
La abuela dijo "pobre..." y él dijo: "Sí, pobre".
miércoles, 20 de agosto de 2008
Feria en La Cañiza
Ayer, como casi siempre, anduve "viendo mundo"(cuando Sabela era pequeña yo le decía ¿vamos a ver mundo? ella siempre decía que sí. Nos subíamos a mi seiscientos y dábamos una vuelta alrededor del pueblo...) y di una vuelta alrededor de los blogs de mis vecinos (Los chuquis, mariana, pedro, terli y otros muchos, enlazados a esos) y, como siempre, me fuí a los recomendados, porque, salvo los que son solo de cocina (yo ya invento por mi cuenta y ni siquiera recuerdo qué le puse a cada cosa, por lo que nunca repito plato, aunque ponga lo mismo),me gusta saber cómo piensan y sienten otros. Entré en Bicho Maldito ( entro con frecuencia, porque es un chico muy lúcido y hace reflexiones muy profundas) Y, esta vez no comparto su punto de vista: hablaba él de la necesidad de la gente de hacerse fotos para colgar en los blogs, para poder decir (más o menos), "yo es tuve allí, yo fuí feliz allí" y criticaba esa necesidad, afirmando que seguramente esas personas no se sentían realmente felices...Y yo me pregunto ¿y qué? A lo mejor su felicidad consiste en presumir de eso. También decía el bicho que si alguien no es suficientemente importante, no debía de hablar de sus cosas, porque a nadie interesaban. ¿y qué si a nadie le interesan? puede que la felicidad consista en soltar lastre. Además, cada uno de nosotros es absolutamente importante en su propio y único universo, nunca repetido y algo siempre se puede aportar al resto del mundo. Realmente, el día que yo me muera, se parará el mundo (mi mundo), igual que el día que falte el bicho, aunque él sea brillante y yo opaca.
Y hoy, me lo demostró Marina.
Dicen que los gallegos tenemos retranca, yo creo que algunos son sutiles.
Acababa yo de traer el tractorcito de hierba cotidiano, cerré la puerta y, cuando estaba guardando la llave, oí que me llamaban. Era Marina, la que me regala frutos del campo, la que me ayuda en todas las tareas, la madre de Milo y mujer de Manolo. Me contó que iba a buscar piñas; me ofrecí a ayudarla, pero me dijo "non paga a pena" y nos pusimos de conversación.
Cuando me di cuenta, habían pasado tres horas, tantas cosas me contó.
Entre otras me habló de la fista de Vilar, donde vive un hermano suyo y donde fueron a comer y se juntaron muchísimos. Me contó que su marido había dicho:
"Eu, a miña Marina, quérolle moito. A pena máis grande que teño e que algún día poida quedar viuda".
Y hoy, me lo demostró Marina.
Dicen que los gallegos tenemos retranca, yo creo que algunos son sutiles.
Acababa yo de traer el tractorcito de hierba cotidiano, cerré la puerta y, cuando estaba guardando la llave, oí que me llamaban. Era Marina, la que me regala frutos del campo, la que me ayuda en todas las tareas, la madre de Milo y mujer de Manolo. Me contó que iba a buscar piñas; me ofrecí a ayudarla, pero me dijo "non paga a pena" y nos pusimos de conversación.
Cuando me di cuenta, habían pasado tres horas, tantas cosas me contó.
Entre otras me habló de la fista de Vilar, donde vive un hermano suyo y donde fueron a comer y se juntaron muchísimos. Me contó que su marido había dicho:
"Eu, a miña Marina, quérolle moito. A pena máis grande que teño e que algún día poida quedar viuda".
martes, 19 de agosto de 2008
Entre la filosofiíta y la historieta
Sería demasiado hablar de filosofía e historia, relacionándolas con las tonterías que yo cuento...
He vuelto a Macondo. Me he encontrado de nuevo con Aureliano y con Úrsula, con Amaranta, con José Arcadio, con Melquíades...He vuelto a encontrar a Ulises y a Penélope; el imposible regreso a Ítaca, el eterno tejer y destejer. Yo, como todos ellos, tejiendo mi mortaja de historias,(¿qué más da si son peces, mortajas, telas o memorias de otro tiempo, de otros niños, de otras personas que hoy ya no son aquellas, ya no somos aquellas?). Inocente Homero, queriendo hacernos creer que los perros no cambian y siempre recuerdan la esencia de su dueño: también a ellos los años los pulen, los arrugan, los curten, los endurecen, los enternecen. Los años y las historias; las buenas y las malas historias.
Y, de repente, me di cuenta de todos mis años : Cada cosa que leo me recuerda otras cosas que he leído o que he sentido antes; que he visto o que he vivido antes...Ejemplo tonto: Ayer, en mi recorrido por los blogs que me gustan, entré en el de Pedro. Y Pedro, en un alarde de ingenio, había hecho una entrada en la que mezcló la creatividad de una historia simpática, con una estupenda receta de cocina ( que probaré cualquier día). En los comentarios, unos aplauden la historia y otros la receta (aunque todos coincidirían seguramente en aplaudir ambas cosas). Yo me quedé con el título: hace ya muchos años, en la última página de la revista "La Codorniz", había dos secciones que me encantaban .Una era "El damero maldito" (que solo fuí capaz de completar una o dos veces, así de maldito era) y otra "Tiemble después de haber reído". Ambas dormían en la memoria de mi juventud y ayer las despertó Pedro. Y sentí hacia él la ternura que se siente hacia alguien que ha leído en el mismo tiempo que tu (aunque con distinta edad, que soy mayor que él), aquellos "encajes de bolillos" que tenían que hacer los humoristas para reirse de Franco...
"Parte metereológico. Reina en toda España un fresco general, procedente del Noroeste".
He vuelto a Macondo. Me he encontrado de nuevo con Aureliano y con Úrsula, con Amaranta, con José Arcadio, con Melquíades...He vuelto a encontrar a Ulises y a Penélope; el imposible regreso a Ítaca, el eterno tejer y destejer. Yo, como todos ellos, tejiendo mi mortaja de historias,(¿qué más da si son peces, mortajas, telas o memorias de otro tiempo, de otros niños, de otras personas que hoy ya no son aquellas, ya no somos aquellas?). Inocente Homero, queriendo hacernos creer que los perros no cambian y siempre recuerdan la esencia de su dueño: también a ellos los años los pulen, los arrugan, los curten, los endurecen, los enternecen. Los años y las historias; las buenas y las malas historias.
Y, de repente, me di cuenta de todos mis años : Cada cosa que leo me recuerda otras cosas que he leído o que he sentido antes; que he visto o que he vivido antes...Ejemplo tonto: Ayer, en mi recorrido por los blogs que me gustan, entré en el de Pedro. Y Pedro, en un alarde de ingenio, había hecho una entrada en la que mezcló la creatividad de una historia simpática, con una estupenda receta de cocina ( que probaré cualquier día). En los comentarios, unos aplauden la historia y otros la receta (aunque todos coincidirían seguramente en aplaudir ambas cosas). Yo me quedé con el título: hace ya muchos años, en la última página de la revista "La Codorniz", había dos secciones que me encantaban .Una era "El damero maldito" (que solo fuí capaz de completar una o dos veces, así de maldito era) y otra "Tiemble después de haber reído". Ambas dormían en la memoria de mi juventud y ayer las despertó Pedro. Y sentí hacia él la ternura que se siente hacia alguien que ha leído en el mismo tiempo que tu (aunque con distinta edad, que soy mayor que él), aquellos "encajes de bolillos" que tenían que hacer los humoristas para reirse de Franco...
"Parte metereológico. Reina en toda España un fresco general, procedente del Noroeste".
lunes, 18 de agosto de 2008
Pero, hoy es otro día
El seis de agosto publiqué el primer malentendido. Abel y la bombilla.
El de hoy va de animales.
Hace muchos años, en mis primeros pasos como miembro de la aldea, decidí probar a tener animales de granja. Ya tenía perros y caballos, pero no sabía nada del comportamiento de otros. Como no me gustan las gallinas, decidí comprar ocas, por su fama de defensoras (ellas fueron las que avisaron al Capitolio de la invasión de los bárbaros). Pensé para ellas los nombres que me parecieron más adecuados y decidí como apropiados Ocaso, Ocarina, Loquita (la oquita), Loquito y TanoKa ( que era un jugador de baloncesto del Joventut de Badalona y porque fué la última que tuve, pero aunque era pequeña era Tan Oka como las demás). Su historia no fué demasiado próspera, aún cuando yo hice verdaderos esfuerzos para que lo fuera. La primera (quizá en honor a su nombre) en sucumbir, fué Ocaso, víctima del perro de un vecino, en un paseo que hicimos Víctor y yo hasta el estanque en el que tengo las carpas y a donde quise llevarlas para darles la alegría de que pudiesen disfrutar del agua...como la finca estaba abierta, de repente y como una flecha, vimos precipitarse sobre ella, sin poder evitarlo, un perro. Detrás venían los dueños, pero tampoco ellos pudieron hacer nada. La enterramos con cierta solemnidad...Varios años después, todas fueron sucumbiendo de forma similar, pero ninguna nos dió tanta pena, porque las otras ya eran grandes, eran muy agresivas y sabían defenderse.
El caso es que cuando las compré, eran muy pequeñitas. Y es cierto que siguen, como si fuera su madre, la primera cosa que ven. Yo había visto en la tele un reportaje en el que seguían a una bicicleta, pero siempre pensé que tendría truco...Y de repente las vi, detrás de mi, como si yo fuera mamá oca...En principio, seguían a cualquier persona, supongo que imaginando que mamá eran dos pies que se movían, porque eran tan pequeñas que no alcanzaban a ver más arriba... Yo me escondía detrás de un árbol y allí se quedaban, pensando que era yo. Como me daba pena que echaran de menos a "mamá", fuí llenando el espacio de cosas a las que ellas pudieran acercarse y se sintieran seguras; y lo que más a mano tenía eran sillas, así que puse tres o cuatro, por el recinto adelante. En una ocasión vino Marina, una chica encantadora, profesora de inglés, amiga de mi hermana pequeña, a pasar la tarde en Paradela. Le enseñé las ocas y me preguntó porqué había tantas sillas. Contesté:
-"Es que las ocas creen que son personas"
Y Marina preguntó.
-"¿Y se sientan?".
Tardé un rato en comprender la pregunta...
El de hoy va de animales.
Hace muchos años, en mis primeros pasos como miembro de la aldea, decidí probar a tener animales de granja. Ya tenía perros y caballos, pero no sabía nada del comportamiento de otros. Como no me gustan las gallinas, decidí comprar ocas, por su fama de defensoras (ellas fueron las que avisaron al Capitolio de la invasión de los bárbaros). Pensé para ellas los nombres que me parecieron más adecuados y decidí como apropiados Ocaso, Ocarina, Loquita (la oquita), Loquito y TanoKa ( que era un jugador de baloncesto del Joventut de Badalona y porque fué la última que tuve, pero aunque era pequeña era Tan Oka como las demás). Su historia no fué demasiado próspera, aún cuando yo hice verdaderos esfuerzos para que lo fuera. La primera (quizá en honor a su nombre) en sucumbir, fué Ocaso, víctima del perro de un vecino, en un paseo que hicimos Víctor y yo hasta el estanque en el que tengo las carpas y a donde quise llevarlas para darles la alegría de que pudiesen disfrutar del agua...como la finca estaba abierta, de repente y como una flecha, vimos precipitarse sobre ella, sin poder evitarlo, un perro. Detrás venían los dueños, pero tampoco ellos pudieron hacer nada. La enterramos con cierta solemnidad...Varios años después, todas fueron sucumbiendo de forma similar, pero ninguna nos dió tanta pena, porque las otras ya eran grandes, eran muy agresivas y sabían defenderse.
El caso es que cuando las compré, eran muy pequeñitas. Y es cierto que siguen, como si fuera su madre, la primera cosa que ven. Yo había visto en la tele un reportaje en el que seguían a una bicicleta, pero siempre pensé que tendría truco...Y de repente las vi, detrás de mi, como si yo fuera mamá oca...En principio, seguían a cualquier persona, supongo que imaginando que mamá eran dos pies que se movían, porque eran tan pequeñas que no alcanzaban a ver más arriba... Yo me escondía detrás de un árbol y allí se quedaban, pensando que era yo. Como me daba pena que echaran de menos a "mamá", fuí llenando el espacio de cosas a las que ellas pudieran acercarse y se sintieran seguras; y lo que más a mano tenía eran sillas, así que puse tres o cuatro, por el recinto adelante. En una ocasión vino Marina, una chica encantadora, profesora de inglés, amiga de mi hermana pequeña, a pasar la tarde en Paradela. Le enseñé las ocas y me preguntó porqué había tantas sillas. Contesté:
-"Es que las ocas creen que son personas"
Y Marina preguntó.
-"¿Y se sientan?".
Tardé un rato en comprender la pregunta...
Las miserias del vecindario
Estaba yo muy feliz, hablando por teléfono con mi hermana mayor, cuando oí los ladridos de los perros y presté atención :sonaba el timbre. Asomé la cabeza y vi a la pareja de la Guardia Civil. Les dije que ya salía y me despedí de mi hermana. Salí. Dos amabilísimos agentes me informaron de que había sido denunciada porque mis perros habían atacado a otro y el dueño del mismo reclamaba el pago de la factura del veterinario. Evidentemente, soy y me siento responsable de mis animales y, cualquier cosa que ellos hagan, la asumo como propia. Recordé que el jueves, cuando salía a buscar hierba, ellos salieron corriendo en dirección contraria a la habitual y, aunque fue cuestión de segundos, porque inmediatamente los vi correr delante del tractor, tuvieron tiempo de dar un susto a alguien y dije que, sin problema me hacía cargo de la factura del veterinario. Me preguntaron si los tenía asegurados y contesté que, por supuesto, estaban incluídos en el seguro de la casa.Uno de ellos me dijo que probablemente el seguro no se haría cargo, porque estaban fuera del recinto y respondí que no importaba, que igualmente asumía los gastos. La denuncia fué puesta por los confiteros, los que con sus gritos acaban con mi calidad de vida y de los que hablé a finales de julio.Los guardias no me pidieron ningún tipo de declaración; tomaron nota de mi documento de identidad y se llevaron mi póliza del seguro diciendo que debían hacerle una fotocopia... (aún no sé para qué).Me llamaron a las 4 de la tarde, diciéndome que vendrían a las 5 y que el denunciante había decidido retirar la denuncia si yo me hacía cargo de la factura.A las 5 en punto estaban a la puerta de mi casa y me dijeron que los acompañara, para hacer el abono. Y allá fuí, de infeliz...Los guardias llamaron a la puerta y el perro supuestamente agredido salió a recibirnos...sin un rasguño.Los guardias no dijeron nada. Salió el dueño, le pedí la factura y dijo que no quería que yo pagara nada, que estaba dolido porque su señora me había llamado y yo no había hecho caso, menospreciándola...Yo, sentada en el tractor, moviéndome,la única llamada que oiría es la llamada de Dios y eso porque, cuando me llame será para llevarme al otro mundo y no tendré más remedio que dejar de hacer lo que esté haciendo y no por voluntad propia.Y los guardias empeñados en decirme que el hombre tenía buena voluntad, porque quería retirar la denuncia. Buena voluntad sería no haberla puesto y venir a hablar conmigo, que saben bien donde es mi casa. Recibí el pago a un antiguo favor, por parte del pastelero: hace tres años, salí un día a mi huerta y me encontré a su perro. Encerré a los míos y fuí a devolverlo a su casa. Abrí el portón y lo metí dentro y al volver hacia la mía me encontré al hombriño en su todoterreno,con cara de desesperado. Le dije que si buscaba a su perro, se lo había llevado a casa. Me dijoque llevaba tres horas buscándolo. A los dos días me llamó desde su jardín para que me acercara ( cuando lo correcto sería que me dijera que lo esperase y se acercara él a mi, pero en estos tiempos la educación brilla por su ausencia), me acerqué y, por encima de un seto,me quería entregar una tarta. Evidentemente,no la quise, porque ni las formas ni la proporción me parecieron las adecuadas.Alegué, sinceramente, que lo había hecho por vecindad y dije que él , en mi lugar, habría hecho lo mismo. Supongo que todo el proceso fue una pataleta snob. El perro se llama César.El dueño se llama Lolo.El viernes me demostró que él NO habría hecho lo mismo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)