sábado, 28 de noviembre de 2009

Siempre divagando: hoy no



























































































Aquí es donde quiero que nos juntemos...de camino a ganar el

Año Santo.


Tabla a tabla, clavadas con mis manos ( y con una clavadora neumática que me compré).










La escribanía no es mía, pero es un buen lugar desde el que cada uno puede soltar su discurso. No habrá vaso de agua, habrá vaso de vino, como se dice en mi tierra "para mollar a palleta".







Como veis, aún está sin terminar. Y lo estará mucho tiempo, que hay por aquí un refrán que dice:"jaula terminada, pájaro muerto"...y esta pájara no tiene intención de abandonaros.




Pero cuando acabé de poner el piso y barnizarlo (lo primero que puse fué el techo), hice una invitación formal para inaugurarlo, que ponía algo así como "María Jesús Fuertes te invita a la inauguración del Casino. En ella, te corresponden dos misiones: realizar una representación (desde contar un chiste, hasta cantar, tocar la flauta, hacer mimo o recitar un poema) desde el escenario( según el orden que se establecerá) y aplaudir a todos los demás. Ambas cosas son imprescindibles"
Fué una tarde memorable. Tanto que la repetimos posteriormente en familia y mi madre nos recitó Margarita de Rubén Darío, con acotaciones de cosecha propia. Menos mal que el baño está cerca.

Más tarde compré la mesa de billar, con tapa para poder comer en ella. Hubo que hacerle bancos a medida, porque era incómoda para comer ( y eso, en esta casa, no se perdona). Luego me regalaron la mesa de tenis de mesa que está pegada a una pared. Esos dardos los trajeron los Reyes Magos (que en esta casa no entran otros).

Hace dos años, entre Abel y yo pusimos las puertas correderas intermedias, porque se hacía demasiado grande.

Subir al escenario da una preciosa sensación de dominar el mundo...teneis que probarlo. Pero tenemos que estar juntos, como si fuera un viaje del inserso...a los jóvenes les perdonamos que lo sean si son los primeros en subir a hacer el mono (si hace falta anis, se le da).

Bastante me cuesta a mi soñar...¿no me veis ahí , volando?

Como ese Teide gigante

Todas las canarias son: mucha nieve en el semblante...y fuego en el corazón.

Esas son, aquí, Yaiza Martínez, Ligia, Sinkuenta y Menda.

No están en una jaula. Están en sus blogs respectivos.

A mi me encanta su música.

viernes, 27 de noviembre de 2009

Tiene un don

Pues sí, voy a hacer caso a Sinkuenta y voy a seguir conjugando el verbo "tener un don".

Yaiza Martínez tiene un don: tiene el maravilloso don de la poesía...Un día especial apareció comentando en mi blog. Fuí siguiendo su huella como hacen los perros tras un rastro... la encontré.
Y me duele y me sana.
Yo no entiendo de poesía, solamente sé lo que me gusta y lo que no. Solamente sé lo que se me mete dentro y de lo que me quedo fuera, rondando, sin comprender...
No soy alguien de quien fiarse, en cuánto a crítica.
Pero, recordadlo, tengo un don. Rememoradlo, teneis un don. Conjugadlo: tenemos un don.
Y, si sé escuchar con detenimiento; si sois capaces de leer con detenimiento; vosotros y yo encontramos a Yaiza Martínez.
Hay poemas que comienzo y no soy capaz de terminar, por ejemplo "Díptico del abandono": me parece que descubro cosas que ella no me quiere contar...
"No nos mirabas nunca, / los ojos posados en la nieve//hacia el sur de tu casa// quedaron allí incrustados/ en los nudos/ de la higuera".

Es parte de esos versos. Yo tengo tres higueras en mi casa. Ahora siempre le miro los nudos.

Yaiza Martínez está en Paradela

jueves, 26 de noviembre de 2009

Teneis un don

Pues, sí: no me cabe duda.
El mismo don del que yo presumí, está en todos vosotros.
Porque ese don no consiste en dar consejos, no. Ese don consiste en saber escuchar.
Su equivalente aquí consiste en leer con detenimiento. Como cada día me leeis a mi.
Gracias.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Tengo un don

Un don que, a veces, como ahora mismo, no me deja dormir.
Porque ¿sabeis esas mariposas que dice la gente que se ponen en el estómago? Pues a mi desde hace ya bastante tiempo, desde que amo de cintura para arriba (con la cabeza y con ese músculo de todo lo bombea), se me ponen en el corazón.
Y hoy, las tengo, provocando una ligera taquicardia que no me deja dormir...

Tengo el don de provocar en los demás la confidencia.

Antes no lo sabía y siempre me sorprendía que de repente, personas a las que apenas había visto un par de veces, me contaran sus cosas, sin recato. Porque tiene lógica que cuando me conocen y saben que nunca ando en corrillos, que no critico a nadie, que no me interesa la vida de los vecinos, que nunca digo nada sobre lo que me cuentan, la gente se confíe.
Pero no es el caso. Me ha sucedido con personas vistas en una primera entrevista, sin más relación que tener un hij@ de alumn@.
Y lo más curioso es que siempre se me derrumban los fuertes, los que llevan el peso de la casa, los que asumen todas las responsabilidades...

Y puedo aseguraros que es maravilloso, porque se va notando como la gente se libra de una carga feroz y atenazante...solo con tu mirada atenta, con tu sonrisa o con tu abrazo.

Es verdad que antes no lo sabía, pero ahora sí. Y creo que los dones están para usarlos: ahora busco las confidencias como otros buscan el agua ante la sed.
Sigo teniendo voluntarios y me encanta, pero los que yo busco me llenan el alma. Y cuando se resisten (que a veces ni con mi don es fácil), penetrar en su alma es algo así como una medalla de oro de una olimpiada...por eso hoy mi corazón aletea como un enamorado:

Hoy Hernán me dijo que me quiere.

martes, 24 de noviembre de 2009

Las gasolineras...en este país

Acaba de llegarme un mail de advertencia de que me roban descaradamente en la gasolinera, por medio de un programa informático: normal. En un país corrupto, todo sirve para robar.
Y, se me llena la boca diciendo un país corrupto. Llena, llena.
Porque al final, no roba el que no puede. Y todos los que pueden lo hacen (haciendo examen de conciencia, amigos: llamadas por teléfono en el centro de trabajo, o papel, o bolígrafos, o uso de impresoras, o no rendir más que lo estricto o menos si se puede, o salir diez minutos antes, o entrar diez minutos después...que eso también es robar...). Por eso aun no hemos salido a la calle para protestar por la corrupción con cacerolas y pancartas.

Bueno, pues en las gasolineras también nos roban. Así, por la cara.
Cada vez que pedís depósito lleno o euros de gasolina, el programa que se activa en el dispensador es diferente que si pedís 20, 40 ó 60 litros, que es lo que se pide en caso de inspección. Recordad: para no ser robados pedid, siempre en la gasolinera 20, 40 ó 60 litros (nunca lleno o tantos euros). De todos los que tengo mail, os lo he mandado. No he comprobado si es cierto o no, pero no me cuesta pedir de veinte en veinte litros, ahora que lo sé. Y en un año puedo deciros lo que me robaron (anoto todos mis gastos al día, recuerdo de los tiempos en que me costaba llegar a final de mes.Las buenas costumbres no deben perderse).

Y cada vez que me entero de que me roban los que tienen tanto me entran unas ganas locas de coger una pistola e ir a atracarlos...no me atrevo hoy, porque, con el vértigo, iría haciendo eses y me iban a pillar...

lunes, 23 de noviembre de 2009

Brindis




Hoy va por ti, Rafa.


Ayer, descorchando la botella, recordé un post tuyo de este verano en el que le comentabas a alguien que a ti no te gustaba el Lambrusco, que eras un poco más exquisito.

Y, por estas cosas raras que tiene la red, con el corazón, levanté la copa por Kabila.