jueves, 5 de marzo de 2009

Mi Paradela amada ( y si yo...)

El antes y el después del que os hablé hace días, no se refieren solamente a mi aprendizaje de la vida del campo.
Esa es una de las múltiples facetas del cambio. De mi cambio.
Que comenzó con un ataque de "amor propio" y se ha ido transformando en un aumento de autoestima.
Allá por 1970 saqué el carnet de conducir y tuve un profesor de autoescuela que fue un mentor para toda mi vida. El primer día de la práctica, todo me salió bien. El profe me aplaudió a rabiar, me llenó de piropos y me motivó a base de bien.
Ay, pero llegué al día siguiente y, no sé si por un exceso de confianza o porque tenía el día tonto que todos tenemos derecho a tener de vez en cuando, todo me salió al revés. Todo.
Y , cuando llegamos a mi casa, apeándome del coche le dije." Bueno, ya ve que ésto no es para mi. Lo dejo". Se bajó del coche él también y me dijo " Acaba usted de darme la mayor desilusión de mi vida. Cada día enseño a personas sin ningún tipo de preparación que sacan su carnet a base de esfuerzo y empeño. Usted, que tiene una buena base de aprendizaje, si lo deja, no tiene perdón.
Mañana la espero a la misma hora. Si no quiere venir, no pasa nada." Ya suponeis que volví y que saqué el carnet...a la segunda, porque me olvidé de preparar los test...(mi profesor se llamaba José Antonio de la autoescuela "la Orensana").
Nunca más me rendí ante un reto.
Y la vida en Paradela es un reto permanente: mis labores del campo comenzaron porque queriendo contratar a un hombre para que me trabajara, a pesar de pagarle más de lo normal, no cumplían jamás su palabra y "mañana" siempre era "mañana". Hasta que me dije "y si yo..."
Y me compré una fresa manual. Mi primera herramienta seria...A ella le siguieron las desbrozadoras, las motosierras, el tractor, la segadora... Porque primero intentaba contratar a alguien y cuando no cumplían su compromiso conmigo yo me decía "Y si yo..."

martes, 3 de marzo de 2009

Esta vida bucólica...






































Pues, he ahí mi origen campestre... Recién llegada a Paradela, Víctor me regaló en un día de Reyes, ese libro de "La vida del campo y el horticultor autosuficiente". En él aparece TODO (todo y todo) lo que alguien necesita saber para cultivar cualquier tipo de cosa. Incluso para conservarla, encurtirla, hacer salazón, mermeladas, vinos, cervezas o producir energía...Fué un regalo de "gran rendimiento" y "altas prestaciones".
Escrito, como veis por un inglés que no necesita vivir del campo porque vende libros como rosquillas (todos los profes que conozco que se van a vivir al campo, se compran un ejemplar, aunque la mayoría se queda en el intento...). Las páginas que fotografié, son algunos de los apartados que trata.
Luego, como veis, también los vendedores de semillas, venden libros especializados, con información sobre las siembras y labores del campo de cada mes del año. Yo tengo incluso agendas especializadas en el tema, por si me olvido de abonar, acolchar, binar o aporcar...Y, por supuesto, libros especiales sobre poda, multiplicación de plantas (hago unos acodos perfectos), e injertos ( con los que aún no me atreví).
Y, cuando voy a comprar semillas a principios de año, pido siempre el calendario de ZZ que veis ahí, que tiene muchas curiosidades: cuentos, refranes, oficios, predicción del tiempo...Es algo así como el famoso calendario zaragozano, pero en gallego.
Había un programa de la tele que se titulaba "Todo está en los libros".
No es verdad. En los libros puede escribirse como se hacen las cosas, cuando y con qué herramientas, pero la sensación que sientes cuando asoma la primera planta, cuando florecen los primeros árboles, cuando notas el olor de la madreselva, cuando ves como empiezan a pintarse las cerezas...eso no puede contenerlo ningun libro, eso hay que vivirlo y sentirlo.