viernes, 16 de octubre de 2009

Y Dios

Ya os estoy viendo...(esta vieja loca va a hablar de religión).
No. Dios me libre. Esta vieja loca va a hablar de inquietudes. Porque a esta loca la educaron en la religión católica de una forma nefasta.
Obligándola a tragar la "Historia Sagrada", que estaba llena de atrocidades sin cuento, contadas por una sola parte y arrimando el ascua a su sardina, de tal forma que a mi me dijeron que Dalila era una sinvergüenza por cortarle el pelo a Sansón y que Judith era una bendita de Dios porque, haciéndole creer que iba a entregársele como una palomita, le cortó LA CABEZA a Holofernes.
Nunca nadie me dijo que Sansón, cuando se enfadó con su esposa, quemó la casa con ella y toda la familia dentro.
Pero me dijeron que cuando el pueblo de Dios peleaba y el anciano oraba, el pueblo de Dios ganaba en la batalla. Pero, cuando el anciano se cansaba y bajaba los brazos, perdían la batalla; hasta que descubrieron, menuda sabiduría, que dos niños podían sujetar los brazos del anciano y entonces volvían a ganar la batalla. ¿no hubiera sido igual ponerle un soporte? porque ahí empezó la esclavitud infantil (digo yo)
Ya más tarde, busqué otros libros (El destino del hombre es el gusano, dice el talmud) y no encontré a Dios en ninguno. Encontré pensadores, sabios, hombres buenos.
Lo más cercano a la mujer era Jesús, el Cristo. Pero, menudas contestaciones le daba a su madre de vez en cuando :"Madre, ¿qué nos va a ti y a mi?" (traducido al román paladino "Y a nosotros no nos importa nada").
Llegué a la conclusión de que los dioses (mirad los griegos y romanos) han sido inventados por los hombres. Por los hombres machistas de otros tiempos.
Mi Dios es tierno, cariñoso y dulce. Mi Dios me quiere , me hace arrepentirme cuando me equivoco y me ayuda a perdonar y perdonarme. Creedlo. Mi Dios es Dios y sabe cuánto y cómo lo necesito.


Lejos quedan ya mis 14 años. Y mi familia sabe que no miento.
Fuí a confesarme, aburrida de que el cura del pueblo, Don Benito, pusiera verdes desde el púlpito a las mujeres que llevábamos pantalones. Era el año sesenta.
Muy arrodillada ( que era como había que estar) pregunté:
-Don Benito ¿es pecado llevar pantalones?
-No, hija mía- me dijo- pero la Virgen no los llevaba
Indignada ante tal razonamiento, le dije - Y San José tampoco.
Me levanté y me fuí a contárselo a mi madre, por si le llegaba la queja.

jueves, 15 de octubre de 2009

De nuevo la edad


Bueno, la edad y alguna otra cosa, porque, sigo revolviendo y me encontré una cajita de cigarrillos, de esas metálicas que son preciosas, llena de billetes del metro de París, de cuando estuve allá por el 68. Sí, sí. Ya sé que los que sois un poquito mayores estareis pensando en el Mayo francés... pues, como dijo Dante: perded toda esperanza los que aquí entreis : estaba tan enmimismada, tan perdida, me sentía tan ajena que no me enteré de nada, solamente estudié un poquito en la Sorbona, en cursos de francés para extranjeros ( y aún siendo solo eso, qué bien suena ¿eh?).


Otra cosita: ya os conté que en clase estamos en círculo: de un lado tengo a Tonino y de otro a Marta. Yo no suelo llevar reloj, porque organizo bastante bien y la estructura mental la tengo clara. Pero si algún día cambio cosas (nos cambian de clase, hay algo diferente de que hablar con lo que yo no contara previamente, o tengo un examen), pido ayuda. Al principio de curso, que tenía a Nacary al lado le dije "avísame en diez minutos" y el otro día de dije a Tonino "¿podrías poner tu reloj en la esquina de la mesa, por favor?". El martes me fijé que en la esquina había un reloj al que le habían quitado la correa...Los miércoles, como tenemos menos tiempo se sientan de manera convencional y yo me muevo por el aula. Pero hoy (martes, jueves y viernes) tocaban dos horas y allí estaba el reloj otra vez. Le dije a Tonino "gracias, Tonino, ya me fijé el martes que te preocupas de mi" Abel, que está a su izquierda y él, se rieron y me dijeron :"llévalo si quieres y nos lo devuelves a final de curso" Me encantó. Por un lado, su preocupación, por otro la aclaración de que no era un regalo, para no ser malinterpretados; por otro aún, el detalle de esperar a que yo me diera cuenta...ahí la teneis, la juventud de ahora.
Y la respuesta es DE NUEVO LA EDAD.
Cada vez que yo digo que soy una anciana, desde mi hermana la mayor , a mi querida María, pasando por muchos de vosotros os empeñais en decir que no. Y tengo claro que no nos entendemos, seguramente porque entendeis que es MALO ser un anciano. Yo también lo pensaba, hasta que he llegado y veo que es MARAVILLOSO. Sí, de verdad : tengo 63 años; la cabeza funciona como un ferrari; el cuerpo como un ford de gasoil. Puedo decir lo que quiero, porque la gente, si me equivoco me perdona por la edad y si acierto, genial; puedo hacer lo que quiero, porque ya no se me ocurre querer hacer cosas demasiado arriesgadas (estuve atenta y me lancé en parapente con cincuenta y pocos, monté a caballo con lo mismo y para andar en quad no hace falta nada más que ganas, que se mueve solo, igual que el coche, o una moto, si se tercia); gano más de lo que gasto, porque tengo caprichos sencillos y en relación con la vida del campo, lo que me exime de cenas de gala, joyas de la corona, zapatitos de charol y "pasminas" de pasmar; como lo que quiero, porque mi cintura no se queja y luego ando, siego, planto y cavo; no uso cadenas, ni sortijas...hoy, pensando, traté de recordar cuándo llevé un collar y solamente recordé el de mi Chata querida, en la mano, el día que se murió.
Y cuando tuve que responder a Tonino, le dije : "no, gracias; si no te importa, lo traeis vosotros y lo dejais ahí cada día. Yo ya no quiero llevar conmigo un reloj me obligue a no perder el tiempo".
Dejadme, por favor ser una anciana. Que lo seais cada día un poco más es mi deseo.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Gracias

Sí, solamente gracias. Alicia me llamó ayer y estaba emocionada con vuestras palabras.
Yo, francamente no sé que decir.
Había oído decir que la gente miente en la red, que se cuentan una bolas terribles. Quizá lo que yo hice y hago sea un poco impúdico o indecente. Pero lo que sí es es sincero, personal y cotidiano.
Hay al menos dos personas que me conocen personalmente y saben cómo vivo: de forma austera, pero intensa. Y merece la pena.
Gracias por vuestra comprensión, por seguirme, por estar ahí de forma tan entregada y cordial.
Alguien me ha escrito, correspondiendo a mi entrega con la suya.
Y, os lo juro, he llorado del gusto.

(Bueno, bueno, no os solteis la melena, que yo no he dicho eso que estais pensando).

martes, 13 de octubre de 2009

Esa soy yo (añádase la música)






























Alicia es otra cosa. Ella se cuida y no se maltrata. Yo me maltrato (físicamente) y no me cuido. Cuando era joven era campeona de natación (nada por delante y nada por detrás).
Hoy ya he conseguido tener una jorobita por detrás y que no me importe nada el nada de delante. Quien me quiera ha de quererme así, porque ya he decidido que eso es lo que hay y no me voy a sacrificar absolutamente nada para ser de otra manera. Ya he conseguido tener arrugas y acabar con la cintura.
Y, ayer, yo ayudé a Alicia a coger kiwis, ella me ayudó a subir al desván, al que hay que acceder por una trampilla en el techo. Quería buscar unas cajas para encontrar pasado.
Y, vaya si lo encontré: cartas de mi madre, de mi hermana mayor, de la segunda y de la pequeña, cartas que tienen 50 años, casi.
Esa es la otra Paradela: la de la oscuridad y el silencio; la del repaso de la vida y su asunción y la comprensión de lo que antes no estaba claro. La de la preparación del futuro.
Esa es la Paradela cuyos techos y suelos construí con mis manos.
















Y este cuadro es la Paradela queMila, una amiga entrañable pintó para mi.





























Y esa soy yo. Hoy.
A la de ayer la encontrais por el blog, tirando con arco y volando en parapente.
Hoy ya no apunto lejos, ya sé vivir el momento; y ya no vuelo, pero no puedo dejar de soñar.


lunes, 12 de octubre de 2009

Hipatia de Paradela







En los comentarios de la entrada anterior,


alguien que me quiere me dió ese nombre.



El cariño no debe cegaros. Mis conocimientos son escasos en todos los campos. (Por cierto la alegría del examen del otro día era por un 10. Ahora, con todos corregidos, encontré otro. Dos dieces en treinta alumnos es mucho, ¿eh? mucho:una alegría para el alma).

Pero, ahí teneis a Alicia.

Alicia es pediatra y tiene una casita aquí, en Paradela. Y me honra con su amistad.

Hace ya tiempo, cuando mi sobrino más pequeño estudiaba aún en el instituto, yendo un día por la calle con un amigo, se cruzó con ella. Él, que es educado y cordial le dijo "adios, Alicia" y ella, que es despistadísima, agradeció ser llamada por su nombre o no se hubiera enterado, y contestó.

Unos metros más adelante el amigo le dijo "¿conoces a esa señora?"

-Sí- respondió mi sobrino- tiene una casa en Paradela, al lado de mi tía.

Y el amigo le dijo: "Pues, ¿sabes? a mi me salvó la vida".

El día que yo le salve la vida a alguien, me dejaré llamar sabia; porque mi sobrino me lo contaba con cara de decirme:

"No lo sabíamos y conocemos a Dios".

Hoy, ese dios recogió, con mi ayuda, sus kiwis.

domingo, 11 de octubre de 2009

MARIEL MANRIQUE- "Honrarás a tus muertos"

Hoy, òscar solsona en su blog soperos, nos induce a analizar nuestra vida.

Hoy, Mariel Manrique, nos induce a implicarnos en la lucha.(De su libro "La constelación de Andrómeda")

Y yo, que soy atrevida y que nunca dejo de pensar por libre, la traduzco. Y donde ella dice "sos" yo digo "eres" porque ,hoy, "eres", para los españoles significa despidos. Y duele

Y, para mi ,significa herida. Y también duele.