Ha sido estupendo comprobar cómo une la música. Mayoritariamente os habeis apuntado al sarao.
Galeano decía que re-cordar es volver a pasar por el corazón.
Creo que eso es la magia de la música que nos hace recordar("recuérdame, que recordar es volver avivir/ el tiempo que se fue/recuérdame") ; nos da consignas que nos ayudan a soportar los malos tragos ("no voy a llorar por lo que pudo haber sido y no fue"); refleja sentimientos propios ("besos ternura, que derroche de amor, cuánta locura"); sella promesas ("te regalo mi amor, te regalo mi vida"); afirma creencias ("y no me crees, cuando te digo que la distancia es el olvido no me crees"); nos ayuda a llorar el futuro ("cuando tu te hayas ido, me envolverán las sombras"); nos hace soñar ("mirando al mar soñé que estabas junto a mi"); y nos hace bailar ("bailando, me paso el día bailando").
Todos los sentimientos los expresamos los seres humanos con la música.
Yo creo que se podría escribir una novela con títulos de canciones.
Pero, no. Nosotros no. Nosotros disfrutaremos los unos de la música de los otros, ya que así lo quereis.
Pero yo no voy a organizar nada, porque no me gustan las imposiciones en los tiempos en que la gente (Pajín) se empeña en hacernos creer que "Fumar NO es un placer, genial, sensual".
Solamente seré un espejito, si quereis: Cada uno de vosotros hará una entrada musical cuando quiera y sobre lo que quiera. Podrá venir aquí, a Paradela y, en comentarios, dirá que ha publicado. Yo garantizo que haré un enlace y visitaré su blog.
Anna quiere tocar la zarzuela; Blue (cuyas entradas habituales incluyen siempre música) podría hablarnos de Silvio Rodríguez (tanto me da soñar con serpientes, como que nos regales rabos de nubes, encuentres al unicornio azul o nos cuentes quehagoahoracontigolaspalomasquevanadormiralos parquesyanohablanconmigo); Noche, queridísima, por compasión , conPasión Vega, porfa; o como querais.
Estamos en un país donde no se puede fumar, pero cantar...ah, cantar: a voces.
Oído atento: