Hoy, mientras regaba, recordé que es camino lo hice el año pasado
poquito a poco, como hago todo, que, al fin, al rematar un trabajo hay que comenzar el siguiente.
Y hoy se ve así.
Tmbién recordé que, cuando en enero puse mi palntación de guisantes, Monserrat me preguntó cómo hacía para regar, porque todos los agricultores hacen surcos que le faciliten esa labor.
Yo también lo intento, pero mi torpeza es mucha y mis surcos salen como salen, para regocijo de mis vecinos que se mueren de risa con mis errores.
Tengo la suerte de tener una tierra tan agradecida que suple lo que yo hago mal y los guisantes, a pesar de mi falta de conocimiento y cuidado, nacen y producen.
Y, la primavera hace el resto: primeras flores de un manzano,
de un peral enano,
de otro peral;
Brotes de un quiwi,
guisantes de otro huerto
y plantación de los primeros tomates: dentro de una botella, para que la helada no los maltrate y queme...
Y el romero, alimentando a las abejas.
viernes, 23 de marzo de 2012
martes, 20 de marzo de 2012
Víspera de San José
Los domingos suelen venir mi hermana y los niños a comer a Paradela.
De ese lacón asado no quedó nada (ni de los espárragos, el queso, las aceitunas, el vino de reserva...)
Y mi hermana hizo los postres, como siempre: mirad qué pinta
Y al desmoldar, la señora de los hilillos y yo ya estábamos piripis, porque , al acabar el rioja, le dimos al champán francés, que ella estaba de cumple.
Para que nadie faltase (de la casa de Ourense), llamó Uxía desde Bristol, por el Skype. En el medio Uxía y Guille ; en un recuadrito a la derecha arriba, mi hermana y Abel; en medio y hacia la izquierda, más grande, Víctor, haciendo una foto. Desde allá, Uxía y Guille hicieron mimo para explicarle a mi hermana en qué consistía el regalo.
Los mayores, ya se sabe, lloramos por todo. Y ella llora de risa.
Imaginad cómo lo pasamos.
De ese lacón asado no quedó nada (ni de los espárragos, el queso, las aceitunas, el vino de reserva...)
Y mi hermana hizo los postres, como siempre: mirad qué pinta
Y al desmoldar, la señora de los hilillos y yo ya estábamos piripis, porque , al acabar el rioja, le dimos al champán francés, que ella estaba de cumple.
Para que nadie faltase (de la casa de Ourense), llamó Uxía desde Bristol, por el Skype. En el medio Uxía y Guille ; en un recuadrito a la derecha arriba, mi hermana y Abel; en medio y hacia la izquierda, más grande, Víctor, haciendo una foto. Desde allá, Uxía y Guille hicieron mimo para explicarle a mi hermana en qué consistía el regalo.
Los mayores, ya se sabe, lloramos por todo. Y ella llora de risa.
Imaginad cómo lo pasamos.
domingo, 18 de marzo de 2012
Ha llovido
Ayer (porque anteayer los cielos quedaron despejados y no me fío de lo que auguran) tenía pensado trabajar en el campo toda la mañana...pero se puso a llover (aleluya) de forma mansa pero persistente.
Entonces me puse a revisar cosas y me encontré con esos dos envíos: desde Este hacia el Oeste...
De Cataluña vengo, dicen ambos. Y son hermosos. Lo mío no es fácil de comprender: ahí los veis, en los envases en los que llegaron, con las notas que adjuntaban y su dirección. Para que, el día que yo falte, vuelvan a su destino. Mientras están conmigo, los disfruto: detalles delicados, amables, con gusto. Detalles que llenan los ojos y el corazón.
Pero para mi familia solamente serán cosas materiales que habrán perdido su esencia.
Cada vez más, me paso el día separándome de lo físico.
Me recuerdo de adolescente con un papel de una revista en la pared, con versos de J.R.Jiménez : "Y yo me iré /y seguirán los pájaros cantando". Ya entonces.
Y os aseguro que soy absolutamente positiva y encaro la vida con total alegría .
Incluso lo que aparentemente es negativo, me ayuda a crecer.
Pero me gusta estar lejos de lo material. Y abro un libro y siempre encuentro lo que necesito.
También a la hora de la cocina, que hay mucha sabiduría en el Talmud.
(Las fotos del primer libro pertenecen a "El arte de la Compasión" del Dalai Lama)
Entonces me puse a revisar cosas y me encontré con esos dos envíos: desde Este hacia el Oeste...
De Cataluña vengo, dicen ambos. Y son hermosos. Lo mío no es fácil de comprender: ahí los veis, en los envases en los que llegaron, con las notas que adjuntaban y su dirección. Para que, el día que yo falte, vuelvan a su destino. Mientras están conmigo, los disfruto: detalles delicados, amables, con gusto. Detalles que llenan los ojos y el corazón.
Pero para mi familia solamente serán cosas materiales que habrán perdido su esencia.
Cada vez más, me paso el día separándome de lo físico.
Me recuerdo de adolescente con un papel de una revista en la pared, con versos de J.R.Jiménez : "Y yo me iré /y seguirán los pájaros cantando". Ya entonces.
Y os aseguro que soy absolutamente positiva y encaro la vida con total alegría .
Incluso lo que aparentemente es negativo, me ayuda a crecer.
Pero me gusta estar lejos de lo material. Y abro un libro y siempre encuentro lo que necesito.
También a la hora de la cocina, que hay mucha sabiduría en el Talmud.
(Las fotos del primer libro pertenecen a "El arte de la Compasión" del Dalai Lama)
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