jueves, 2 de septiembre de 2010

Concurso de septiembre


















































Ahí teneis, desde mi primera cámara de vídeo ( en los 80), a mi primer inalámbrico, que había que enchufar a la red (en los 90), pasando por mi primer móvil. Luego dos máquinas de escribir de mi padre , una máquina de coser y un reloj de pared de mi madre , una escribanía prestada, una mega drive de aquellos tiempos y papeles más o menos curiosos. Bueno, creo que material suficiente para que vuestras calenturientas mentes, calenturientamente hagan un post genial.
Las bases son las de siempre. Anunciarse en comentarios y trabajar con la foto que nos apetezca.
La clasificación está, por el momento encabezada por Anna y Arobos con 4 puntos; les siguen Mamé, Nocheinfinita, Anusky, Calvarian y Carmela con tres puntos.
Se vota, como siempre, hay que comentar en todos, como es habitual y el plazo es de cinco días desde hoy. El miércoles votación, desde las 24,01, hasta las 19 horas.
Ánimo.
(Mientras andaba haciendo las fotos me di cuenta de que a lo largo de mi vida he tenido tantos coches (600, panda y forito) como cámaras de vídeo)









































martes, 31 de agosto de 2010

Penitencia





























Para pagar mi presunción de ayer, que nada me debo a mi misma y mi camino ha estado colmado por la suerte, hoy puse en práctica las enseñanzas de los tiempos de postguerra: cuando el tiempo es propicio, aprovechar el fruto y transformarlo, para que el invierno no nos pille sin reservas.
Y he ahí el proceso: hervido de frascos durante veinte minutos como mínimo; troceado del tomate, cebolla y ajo, echarlos en la sartén con un chorro de aceite y dejar que se cocine despacio, que vaya espesando y tomando consistencia; sal gorda, para que vaya incorporándose lentamente; (nada de azúcar, que me gusta el ácido del tomate y se evita el botulismo); triturado a mano, despacio y con buena letra; llenado de los botes; nuevamente a hervir veinte minutos, cubiertos de agua, para el cierre hermético.
Los restos, con miga de pan y verdura cortada, para los pollos, que también tienen derecho.
Ya tengo ocho botecitos y la producción está empezando
Cuando vayais al super, buscad entre el tomate frito: no es Solís, no es Orlando. Es Paradela.

lunes, 30 de agosto de 2010

Recuento

Gracias a todos por vuestros comentarios en el anterior post.
Muchas veces soy bastante oscura en lo que escribo y creo que habeis interpretado que mi ausencia fue física.
No me moví de Paradela (nunca me muevo de aquí), pero me ausenté de internet porque tuve una visita que me mantuvo absolutamente absorta.
Por si no lo habeis notado, no soy una persona común.
(Hace unos días vino una amiga de mi hermana la pequeña que conoce a mis otras hermanas y era la primera vez que me veía. Al marchar le dijo "Que sorpresa me llevé con tu hermana" "¿por qué?", dijo la pequeña. "Porque creí que era normal, como las otras").
Hace muchos años, hice un programa de radio, en "La voz del Miño"; colaboré en "El Faro de Vigo" (periódico gallego) en su separata "Faro de Orense" con la publicación de una sección llamada "Gromos"( en castellano "brotes"). Hice, a petición de una asociación de radioaficionados llamada "ARA" un programa llamado "Diana a las once en el canal once"; tuve un programa de televisión en Benposta (ciudad de los muchachos), televisión local...
En todo me divertí muchísimo, lo hice decentemente y lo dejé cuando me cansé y di por terminada una etapa.
Seguro que hay cosas que se me olvidan, porque realmente ninguna tuvo excesiva importancia
(de lo del periódico me había olvidado hasta que el otro día encontré tres de esos artículos que mi madre guardaba entre sus cosas).
Conozco a mucha gente. Mucha me conoce a mi.
Tengo amigos en el infierno, otros en la literatura, en la política, en la arquitectura y en la indigencia.
Tengo compañeros de toda la vida y otros de anteayer.
Un trabajo envidiable en un magnífico ambiente.

Y, de repente me vine a Paradela e inventé otro mundo, en el que vivo.
Nunca buscaré amigos en internet: yo necesito mirar a los ojos, analizar el lenguaje corporal, comprobar con quién estoy hablando.
Me encanta estar sola y cualquier interferencia en mi espacio me causa desazón.
Y sin embargo, después de pedir mil permisos, de consultarme seis o siete veces, aparecieron dos personas en Paradela.
De un blog.
Me conocían mejor que yo misma.
Me vi desnuda y sonriente. Hablamos como si nos conociéramos desde la infancia.
Esa fué mi ausencia.