lunes, 4 de enero de 2010

Miguel Hernández

Un recuerdo encendido para aquel para quien "temprano levantó la muerte el vuelo", con quien he disfrutado tantas horas.

Porque, desde que estoy en Paradela pertenezco a los que tienen "sus cuerpos trabajados, como contelaciones".

Desde esta tierra donde viven los " gallegos de lluvia y calma".

Y hoy llego a él con dos profundas heridas "la de la muerte, la de la vida".