Celebramos el primer chapuzón del año.
Quisimos beber un vinito que alguien nos regaló. Su etiqueta, húmeda, me dio mucho que pensar sobre su conservación.
El corcho se deshizo y el vino estaba picado.
Faustino de Autor, el que nunca nos falla, vino en nuestra ayuda.
El pulpo preparó el cuerpo. La carne entró suavemente. Las patatas
rellenaron huecos y la lechuga se rompía en la boca.
Las cerezas del postre se comieron de pura gula.
El futuro son esos kiwis que brillan al sol, tiernos, como pequeñas crías de la savia-sabia y madre naturaleza.