lunes, 20 de junio de 2011

A pasos agigantados

llegan las vacaciones y tengo que empezar a organizarme. De este verano no pasa el encintado de esas escaleras
por ambos lados
Porque el trabajo de siempre (casa, campo y animales) está ahí, pero he de llenar la mañana...¿recordais que os hablé de que dos docenas y media de huevos me costaban 2 euros? hoy fuí a comprar. Los de dos yemas son regalo de Pili, la dueña de la granja.
Le dí una vueltecita a los últimos tomates plantados y regué todo (judías, brécol, lombarda, tomates, pimientos, fresas, Mila y frutales).
Y me prometí a mi misma que tampoco pasa de este verano el arreglo de la entrada del gallinero, para cuando traiga, en agosto a los que corretean libremente hasta navidad
porque, aunque lo paso fatal cada vez que hay que pasarlos a mejor vida, mientras viven, en Paradela son los pollos más felices, mejor cuidados y más libres del universo mundo...
Y me encontré la primera breva madura del año. Antes llevaba a mi madre todas las primicias, ahora me las como pensando en ella...
Y para hacer realidad las dos obras (el encintado de la escalera y el arreglo de la entrada del gallinero) me fuí a comprar cemento. Solamente cemento, porque arena siempre hay en mi casa: hace más de quince años venían, de vez en cuando, Montse y Xiana, su hija, a pasar la tarde en la piscina; Xiana era feliz jugando en la arena que yo tenía, para las obras que siempre se están haciendo en esta casa y que estaba al lado de abajo de la piscina. Y Montse, de quien hablé en mi blog al principio de mi vida bloggera, me dijo :"prométeme que mientras Xiana sea pequeña siempre tendrás arena para que juegue". Por supuesto que se lo prometí.
Montse se ha muerto hace ya unos años, pero Xiana siempre, por muy mayor que sea, tendrá en esta casa arena para jugar.