Si mi nombre apareciera en la solapa de un libro, compartiendo espacio con Ana mª Matute (2), Francisco Umbral(3), Fernando Savater(6), Mario Benedetti(7), Nieva, Sénder, Baroja, Mendicutti, Proust... lo hubiera publicado a los cuatro vientos( sobre todo a los del sur y de este, que al lado de los otros está el mar).
Si yo supiera escribir una novela madura y hermosa como esa
si yo me llamara Mercedes Pinto
No escribiría nunca a una ignorante como Mariajesúsparadela, esa dedicatoria.
Pero hay gente que da lecciones de humildad y nos engrandece a todos.
Siempre que alguien me regala un libro me pongo a temblar, porque si no me gusta tengo miedo de herir al que escribe, ya que nunca seré capaz de decir que sí (a los que les digo que no me gusta, que sepan que en principio no me gustó "cien años de soledad" lo que da fé de mi categoría como crítica...algo así como aquellos que se sienten heridos cuando Larisa dice que son mediocres, porque a mi me dijo que Saramago lo era...).
Por eso advertí que el concurso de Paradela no es un concurso literario. Es un concurso en el que las personas cuidan a las personas.
Y, aun así, en él participa Mercedes Pinto, la que, no solamente comparte solapa con los que he nombrado sino que crea una maravillosa historia, plena y madura, de sentimientos y sensaciones que me tiene absolutamente subyugada...y dice que aprenderá conmigo...y comparte concurso con vosotros.
Alegraos de que no sea un concurso literario...
En la última convocatoria ha habido un montón de errores por mi parte. Entre otros, que muchos votos que se mandaron por correo entraron directamente a SPAM y yo nunca miro el spam. La conclusión es que al final Anna y Ana empataron a votos.
Para que eso no vuelva a suceder (el error por los votos en lugar equivocado) los votos seguirán siendo abiertos, pero todo el mundo vota en comentarios (si tiene que identificarse lo hace en el correo).
Y algo más os diré: para mi ganamos todos (yo la primera) pero me ha encantado pasarme horas con los pasatiempos de Noche (que se lo ha currado); he disfrutado muchísimo (y creo que es lo mejor de todo lo que ha escrito hasta ahora) con el relato de Anusky y me ha encantado pensar que cuando Diego jugaba con su cochecito, yo ya estaba en edad de perder la aguja del velo en el pajar. Podría agradecer uno por uno vuestros trabajos, porque siempre me colman. Y es por eso por lo que no votaré nunca: sé el cariño, el esfuerzo y la ilusión que cada uno le echa, de Mari Paz a Mamé, de Mari Luz a Monserrat; de José Vicente a Yraya ; sé del cariño de Arobos, Dilaida y Diego; sé de Fayna, de Alma, de San; sé de Encarni, de Reyes , de Ibso; sé de Txema, de Feli de Esilleviana. Sé de Kety. De Mercedes, de Ana y de Anna.
Y también sé que un día estaremos aquí, juntos, charlando, en Paradela.