Esta noticia no merece comentario en el siglo XXI.
Hoy salí del insti a las dos de la tarde, meditando.
Y, con mis ideas peregrinas, vine riéndome a carcajadas hasta llegar a la panadería...
Porque pensé que casi no hablo gallego. Y entonces me dije "falo, falo" (hablo, hablo) y , cuando no "falo", "es coito" (y cuando no hablo, escucho). Luego dicen que el francés es la lengua del amor...y el gallego, ya se ve, del amor culto.
Al llegar me encontré ese regalo, que me llega desde "el bosque". Me eché un vaso de vino, corté un trozo de queso y tuve una experiencia religiosa: pasé media hora saboreando y diciendo "Dios mio, Dios mío", que las de mi generación no sabemos disfrutar sin invocaciones.
El colmo fué que las fotos quedaron en una carpeta que pone "paquete de Aro".
Y es que hay días...