Salió el sol y fuí hasta el estanque, a ver cómo estaban las patatas. Y me encontré ese prado... 
Empecé a trabajar, porque las pobrecillas, no tenían espacio para crecer. Y, cuando más cansada estaba y el sudor me nublaba la vista, apareció ella, a darme un respiro. 
A mano, hierba a hierba y no quedaron tan mal. 
Luego me fuí a ver el prado de abajo, que el jabalí tiene completamente levantado con el hocico, buscando alimento. 
Y, por las huellas, nunca viene solo: deben ser familia numerosa (como le gusta al ministro de educación: muchos, muchos, para socializar mejor, ay que vert...) 
Y Chispa y Cuco pastando, apaciblemente.
Yo ya tendría que estar durmiendo.
Pero entré para deciros que voy a tomarme un respiro.
Abrazos múltiples.
 
 
 

 
 
