Hoy es un lunes en el que yo pensaba ser feliz en mi huerto, entre judías;
quitándole a las tomateras los tomates más maduros para aliviarles de su carga;
segando la poca hierba verde que queda,
para que mis chicos la disfruten...
Pero, un día destinado a hacerme feliz en su simplicidad (que a más no aspiro), se llenó de luces:
Desde la otra punta de España, Reyes me manda, publicado, su cuento premiado. Y yo, que he leído los tres, he de decir y digo que el mejor es el suyo. Sin ningún género de duda.
Y no es solamente el premio, la publicación y la historia, es también esa cariñosísima dedicatoria de alguien a quien no conozco y por quien lo único que he hecho ha sido, desde el día en que leí algo suyo, demostrarle mi fe.
Gracias, Reyes, por hacer glorioso un día feliz.