domingo, 30 de septiembre de 2012

El otoño ya está aquí

Sábado glorioso, limpiando media cuadra y  llevando el estiércol
a la huerta donde será abono para el año que viene, después del trabajo de las lombrices, que lo comerán para transformarlo en tierra fértil.
Aún los tomates cuelgan y llegarán a madurar, pegados a mamá y no como otros que van directamente a las cámaras y maduran de aburrimiento...porque, aunque ya está fresco el tiempo, al anochecer, esa pared suelta el calorcito que acumuló durante el día.
Y luego, hay que limpiar el tractor, que en él les echo a los caballos el alimento del día.
Hoy se comerán, además de la hierba seca empacada, esa calabaza, que les encanta
y que es fruto de su trabajo, porque yo no la he sembrado:
se la comen con semillas y, cuando esparzo el estiércol en la tierra, las semillas germinan.
Cada día les doy frutas: no hay nada más terrible que un cólico para un caballo, hay que quitarle incluso las herraduras porque en su terrible dolor, se dañan hasta la muerte.

Y cuando anteayer hablaba de ausencia, quería deciros que ando en otras cosas que ocupan mi tiempo sin resquicios. El trabajo aquí es un juego: pienso, canto, creo, invento y charlo con mis bichos, entre risas; el trabajo del instituto, ahora mismo es poner en común las ideas del verano, charlar y conocer a los padres de los alumnos, crear con ellos rutinas que hagan el trabajo más eficiente y rápido...es un permanente "carpe diem", tan intenso que agota.
Y, aun así, no quiero dejar de visitaros en vuestras casas, ni de veros en el "feis".
Por cierto, "feis" está muy preocupado porque solamente tengo trece amigos. No quiero tener más porque quiero poder visitaros a todos y comentaros. Solamente trece. Si me pedis que os añada, borro a otro. No me lo pidais, por favor.
Por cierto, en el de Ramon hay un enlace a un vídeo. No sé a qué partido pertenece la señora Oltra, pero está tan de acuerdo con lo que creo que, oyéndola a ella, me estais oyendo a mi:

aquí