El viernes encontré esas "lepiota procera",
a la que por aquí llamamos "choucho, choupín, cogordo, cogumelo, parasol " y no sé cuántas cosas más. Es una de las setas más comunes y todo el mundo la conoce.
El domingo formaron parte de la comida, sin más arte que limpiarlas, rebozarlas en harina y huevo, freirlas y dejarlas reposar sobre papel de cocina , para que suelten, si lo hubiera, su resto de aceite.
Estaban increíblemente tiernas, suaves y sustanciosas. No quedó nada.
En lugar de patatas, el acompañamiento de la ternera asada, fueron castañas cocidas , con sal, hinojo (fiuncho, por aquí) y nébeda o hierba gatera. Tampoco quedó ni una.
Pero aun quedan los últimos tomates, y zanahorias,
pimientos morrones
y remolacha.
El tiempo,ya lo veis, magnífico y aprovechamos para comer (y beber) debajo de los mimbres.
Esos deliciosos almendrados fueron lo anterior a "y no habiendo más asuntos que tratar, se levanta la sesión..."