El Papa es un señor que, según se estudiaba en mis tiempos infantiles, es INFALIBLE es decir, nunca falla; nunca se equivoca.
Eso creí. (También creí, durante mucho tiempo de inocencia , que los que llegaban a los altos cargos eran gentes con ideas y mucha preparación, hasta que, por ejemplo, Aído, Wert, Mato, Fátima y MARIANO, sobre todo Mariano, me convencieron, sin lugar a dudas, de lo contrario).
Y, en las últimas semanas, me encontré con un montón de "reflexiones" del Papa que me dejan OJIPLÁTICA (cada poco tengo que ponerme un colirio, porque es que estoy tan pasmada que no puedo ni pestañear).
No me importa que se cargue al buey y a la mula: en mi corazón siempre pensé que los animales estaban ahí para demostrarnos que no eran "bestias" cuando se rendían a la grandeza de un niño y le daban calor. Pura metáfora.
Lo de los Reyes magos de Tartesos, me preocupa un poco más, porque eso, en mi cabeza eran representaciones de que incluso los poderosos se rendían al poder de lo minúsculo y humilde, pero al decir que "no venían de oriente", me pregunto ¿el oriente de dónde? El oriente de España es el levante, el este, el lugar por el que nace el sol; el occidente es Galicia y Portugal, el poniente, el oeste, el lugar por donde se pone el sol. Oriente y occidente creo que son, en su origen, puntos cardinales, por lo que el oriente de Belén podría ser la India, la China, el Tibet, Japón, Corea... Y, las referencias de la iglesia a la China eran cuando se hacían las cuestaciones del Domund (supongo que pedíamos para la China de Chian kai-shek y no para la de Mao zedong, que era comunista)...Melchor, Gaspar y Baltasar no parecían muy orientales.
Escribir sobre eso, ahora, me parece, cuando menos, frívolo.
Pero no me importa que se cargue la magia de esos tres, porque soy republicana declarada.
Lo que más me fastidia es que ese señor de los zapatitos rojos; vestido toda la vida, legalmente, con faldas de colorines y gorritos a juego; ese que se abre una cuenta en twitter (tuiter, digo yo), para dárselas de moderno y actual, escriba luego lo de siempre sobre el matrimonio homosexual, sobre el aborto y sobre la eutanasia. Pero no diga nada sobre la pedofilia, el abuso de poder, la soberbia y la avaricia de la iglesia católica que preside.
Yo no volveré a creer en la infalibilidad del Papa mientras no declare por escrito que decir "dios mío dios mío " en un acto de amor, es rezar