A las diez y media fuimos (Abel y yo) nuevamente , a buscar leña.
Estamos cortando los robles que nacen en los muros y que, aparte de deshacerlos, nunca crecerán como conviene. También cortamos los que están demasiado juntos, buscando que su crecimiento sea el adecuado.
Mientras Abel iba a buscar el pan (ese que tanto le gusta a Carmela, según dijo en algún comentario), yo hice esas tortillas (una , impresentable) y abrí unas latas.
Y comimos a toda prisa, para seguir con la faena.
Yo cortaba y Abel apilaba. Y, he ahí.
El tractor preparado ya para otro día...