Preparando manzanas para el invierno, aunque alguna habrá que retirarla, para que no pudra a las otras
y recogiendo higos de la higuera de Rosa, de sabor y tamaño inmejorables.
Tocó arreglar la entrada,
que tenía tierra entre las piedras y algunas se habían hundido
y el problema era que siempre había que tener cuidado
de si las patas de la mesa o de las sillas se metían en las ranuras. Ya se acabó el problema.
Ayer, con la fresita, eché los grelos para el invierno;
y cada día toca cuidar la piscina, que aún hace calor.
Ya tengo algunos frascos de tomate guardados, aguardando...
La última luna llena del verano, que comenzó ayer, ilumina Paradela
y me deja jugar con ella.