Llueve y eso obliga a estar más tiempo en casa...y repasar.
Quizá no recordeis el "libro viajero" que algunos de vosotros me mandasteis en la navidad de 2011.
Ahí estais, los veinte. Algunos con comentarios tan entrañables, que no me atrevo a poner.
Otros, como Reyes, imaginándome terca, soltándole amenazas a la tierra.
Y Faina mandándome el logo de su tierra (y mi apellido). Acertando.
José Vicente no solo me escribe, sino que implica a su hija en un dibujo.
Los dibujos de Monserrat Sala, adolescente, son de una minuciosidad
y un preciosismo que merecen ser vistos y repasados.
Yraya, Rosa la rosa.
Y mi querido Diego glosando los nombres largos de los pueblos pequeños.
Maripaz mirándome, con Lety, directamente a los ojos.
Y Cuevita riéndose de mi, para paliar la profunda ternura del cuento que me regala con base en la foto de los niños
Y un cuento final de la impulsora de la idea, Encarni.
Y en el bolsillito último de la agenda, esa carta.
Disfrutad de nuevo como he hecho yo, todos los que habeis participado. Porque el poema sigue: "se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar"