sábado, 27 de noviembre de 2010

Frío

Ayer "oí" la primera helada seria del año.



Me levanté a las siete de la mañana y, como siempre, mi primer trabajo es abrirle la puerta de las cuadras a los caballos.

Entre la casa y las cuadras hay cien metros, más o menos.



El cielo era un placer de estrellas.

Si el aire fuese un espejo, en él prodría escribir mi nombre, con el vaho de mi respiración.

Bajo mis pies, las botas sonaban : kras, kras, kras...

( A eso le llaman romper el hielo, por eso llegué a clases tan contenta)

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Me da que pensar



El domingo pasado en Santiago de Compostela hubo una manifestación multitudinaria pidiendo que no se privatice la Sanidad, es decir, el que quiera hacer una clínica privada que la haga, está en su derecho, pero los centros que se hacen con dinero público deben ser gestionados por la sanidad pública.
Ayer, en un hospital público murió un recién nacido por un grave error.
Si ese error se hubiera cometido en una clínica privada, no se hubiera enterado nadie. Porque la privada es una empresa que no quiere publicidad negativa.
Errores los hay en todas partes, porque somos seres humanos, pero entre el reconocimiento del error en pública y privada hay la diferencia de las noticias en el mismo momento en todos los medios de comunicación (si sucede en la pública) y un pleito que dura veinte años,(en la privada) como el caso de la rinoplastia, que se resolverá porque, al fin, un médico en prácticas, recuerda los hechos. (Me pregunto si el resto de médicos y enfermeras presentes en la rinoplastia se callaron por miedo a perder su empleo o porque la empresa los obligó a callar (que viene siendo lo mismo)).
Y entonces hoy veo ese titular sobre los estudiantes. Parece que los docentes tenemos mucho miedo. (Al leer la noticia se ve que no, que Galicia está a la cola en amenazas a los docentes, con lo cual no comprendo qué quiere el Defensor del Profesor).
Y me pregunto por qué, casualmente, aparece la necesidad de tomar medidas , aunque no las mismas que en Valencia y Madrid...Madrid, Valencia y Galicia ¿qué tienen en común?.
Ah, sí, ya sé: primero se dice que la educación y la sanidad van mal. Luego se privatizan...
Pero eso no le impidió al conselleiro venir a inaugurar el curso al centro que sacó los mejores resultados de Galicia este año. (Casualmente, el centro público que dirige mi director).

lunes, 22 de noviembre de 2010

La sabiduría de Sancho

Hay entradas que nos sacuden con su precisión.

Entradas con las que nos sentimos absolutamente identificados y que nos gustaría haber escrito.

Eso me ha pasado a mi con la que publica "La Sabiduría de Sancho"

http://lasabiduriadesancho.blogspot.com/

sábado, 20 de noviembre de 2010

Puede que sí


O puede que no. Puede que las nuevas formas de enseñanza que dan imortancia a las habilidades sociales y a la inteligencia emocional ayuden a las personas a ser más felices. O puede que muchos de los comentaristas de mi anterior post tengais razón y la mejor enseñanza sea la de siempre, la que considera que inteligentes son los capaces de la abstracción numérica.




No cuentan para nada la inteligencia emocional, ni la motriz, ni la musical, ni la filosófica. No importa que ese chico que triunfa en la vida tenga unas maravillosas habilidades sociales. Dirán de él que es "muy listo" (afirmando, entre paréntesis "no es inteligente, es listo, inteligente es fulanito, que no llegó a nada"). Porque, al final, los que trinfan son los "listos".








Allá, muy en el fondo de mi corazón, sé, como vosotros, que los profesores servimos para poco: los buenos alumnos lo son con o sin nosotros; los malos dificilmente cambian, por mucho que lo intentemos.



Las personas como los frutos: maduramos, queramos o no, con sol o sin él.



Maduramos hasta morirnos. Maduramos hasta pudrirnos. ¿O no?.






Os dejo algo para pensar sobre el lenguaje no verbal y su influencia: ¿os habeis fijado que en el ritual de la misa católica los sacerdotes tienen las manos abiertas? Es sabido que las manos abiertas inducen al que mira a creer y confiar, porque simbolizan la sinceridad.



También los políticos lo están aprendiendo ya, porque tienen asesores de imagen. Pero nos salva que el cuerpo los traiciona y , de repente juntan las manos y forman la llamada "ojiva de poder": cada dedo con su equivalente de la otra mano: los dedos separados entre sí, pero anular con anular, corazón con corazón, índice con índice. Cuanto más vertical, más poder se tiene. Los ministros nuevos y los presidentes del gobierno, empiezan con una ojiva horizontal; según va pasando el tiempo, los dedos van apuntando más hacia el cielo. Todos lo notamos. Algunos de manera consciente, porque lo sabemos y nos fijamos, otras de manera subliminal: porque nuestro cerebro es una máquina perfecta que trabaja al 10%.


viernes, 19 de noviembre de 2010

La ventana de Johari

La semana pasada, Añil( del blog "Azul añil") hizo una entrada preguntándose si ella era realmente lo que ella pensaba que era o lo que los demás creían que era.

Esta semana "Noche infinita (del blog "quien te puso Salvaora"), escribió un post con la rotunda afirmación que muchos repetimos "el hábito no hace al monje".
Creo que a ambas cuestiones se puede responder por medio de "la ventana de Johari", que encontrais sin problema en san google. (Desde el por qué de su nombre hasta las aplicaciones).
Y pienso que la enseñanza ha dado un cambio radical, del que mucha gente no se ha enterado: yo trabajo esos aspectos de la comunicación con mis alumnos y creo que eso los beneficia a niveles de relación y autoestima.
Mis alumnos comprenden perfectamente que cada gesto suyo, cada movimiento, cada manifestación inconsciente produce un impacto sobre los demás. Eso que los publicistas aprenden en su primer año de carrera (la comunicación subliminal del lenguaje no verbal) ya lo han trabajado en las actividades de tutoría en sus primeros años de ESO. Y creo que es la respuesta a Añil y a Noche: somos lo que pensamos y lo que los demás piensan; nuestro cuerpo expresa lo que, muchas veces, nuestras palabras callan. Es más real lo que nuestros compañeros de clases ven a lo largo de ocho horas de convivencia que lo que nosotros mismos vemos en diez minutos ante un espejo. Cuanto antes aprendamos a vernos, conocernos y aceptarnos, más felices llegaremos a ser.
Y hemos de reconocernos aunque nos duela: ¿no os habeis visto en vídeos y pensado "que horrible salí"? Esa es la imagen que los otros ven de forma permanente. Ni siquiera conocemos nuestra voz, porque no nos oímos.
Nuestra ropa (la que nosotros elegimos por nuestra forma de ser) es nuestro hábito. Ese hábito hace al monje que vive en nosotros.
Es posible que los chicos de hoy sepan poca geografía (o no), pero ellos no se harán preguntas que a nosotros nos han martirizado.

martes, 16 de noviembre de 2010

Atractivo





Ahí lo teneis.


Curiosamente, ese tipo feo ha conseguido más comentarios que si hubiera puesto una foto del señor Pitt o del señor Clooney.

Él solito ha pasado de los sesenta . Y me hizo pensar (a las personas reflexivas, como yo, todo nos sirve de disculpa para pensar).

Llegué a la conclusión de que os resultó atractivo porque aunque es feo, él no sabe que lo es. Lo que hace feas a las personas son sus complejos...

domingo, 14 de noviembre de 2010

Feo







Al volver de abrirle la puerta a los caballos y a los pollos, me pareció ver algo no habitual en la escalerilla de la piscina.
Me acerqué pensando en una rana y esperando que, al verme, se lanzara al agua con el arte que solo ellas tienen.
Pero no lo era: era ese sapo feísimo que veis en las fotos.
Para ciudadanos urbanitas aclaro que el sapo no es el macho de la rana: es un animal terrestre que seguramente sabe nadar, pero que no es anfibio, por lo que su futuro en la escalera, era la muerte.
Nunca me dirá nada, pero sé que me agradecerá , para siempre, el haberle salvado la vida: los sapos son una ayuda indispensable en los huertos, porque su alimentación son todos los animales que se comen los cultivos.
Y , quede claro que no lo salvé por eso. Lo salvé porque es de un feo tan grande que produce ternura.