He tenido mucho, muchísimo trabajo. Entré en vuestros blogs a toda prisa, pero ni un momento para actualizar el mío.
Hoy lo hago para dar gracias a la primavera: he comido mis primeras patatas nuevas, los primeros guisantes, un puñado de fresas salvajes y alguna cereza. A mi madre le he llevado guindas, que le encantan. Mi compañera Conchita me regala lechugas riquísimas.
Los placeres de la primavera, que entran por los ojos y satisfacen el más exigente paladar...
Yo bien sé que la primavera tiene cosas mejores, pero, a mi, que no me quiten esas.